"La novela que empecé ayer dejó de interesarme cuando su autor, a más de lo apuntado al empezar, confesó su propósito: “… las religiones tienen el poder y los engañados somos nosotros”. ¿De veras? En 1837, Ignacio Ramírez escribió: Dios no existe. Frase que los sabios sintieron menos profunda que la de Federico Nietzsche (Dios ha muerto) porque el Nigromante no era alemán, sino de San Miguel el Grande, Guanajuato. Más prudencia muestran los ateos militantes de un grupo catalán:
Dios, probablemente, no existe
."
José Steinsleger en La Jornada.
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