Bajo la Lupa¿Guerra de EU contra Irán o China? |
En medio de los actos de nudismo político tan de moda en Estados Unidos, nada menos que el coronel Larry Wilkerson, jefe de gabinete del anterior secretario de Estado, general Colin Powell, acusó a la dupla Cheney-Rumsfeld, respectivamente vicepresidente y anterior secretario del Pentágono obligado a renunciar, de haber deseado provocar una crisis con China en la primera fase de la administración Bush. El coronel Wilkerson lanzó su grave acusación el pasado 8 de mayo durante un foro en la Universidad del Distrito de Columbia (UDC), sobre la célebre falsificación del "pastel amarillo de Níger": el montaje de la venta de uranio por Níger al régimen de Saddam Hussein para fabricar sus inexistentes "armas de destrucción masiva" que, de paso, reveló en forma indiscreta la identidad de Valery Plame como agente de la CIA.
La dupla Cheney-Rumsfeld deseaba provocar a China mediante una ostentosa visita a Taiwán de altos funcionarios del Pentágono al presidente Chen Shui-bian con el fin de empujarlo a declarar su "independencia", reveló Wilkerson. El núcleo duro del Pentágono (Douglas Feith, Stephen Cambone, Paul Dundes Wolfowitz y Donald Rumsfeld) enviaba un emisario cada semana (¡súper-sic!) a Taiwán para alentar al movimiento "independentista", por lo que lo que la Secretaría de Estado a cargo de Powell se veía orillada a desengañar frecuentemente al gobierno taiwanés, de fácil gatillo, agregó la estrujante confesión del coronel despechado y despachado por Cheney.
Se devela así lo que siempre se supo en los altos circuitos estratégicos mundiales: la verdadera intención y el genuino objetivo de los unilateralistas neoconservadores straussianos detrás de las guerras contra Irak e Irán se centraba en emprender una guerra contra China (en ese momento), a lo que ahora se agrega a Rusia. Con la coartada del montaje hollywoodense de los atentados "terroristas" del 11 de septiembre, la dupla Cheney-Rumsfeld y sus aliados neoconservadores straussianos emprendieron a finales de 2001 la invasión a Afganistán, que cuenta con una frontera de 76 kilómetros con China. Las subsecuentes guerras estadunidenses contra Irak (ejecutada) e Irán (programada) tenían como objetivo capturar los pletóricos yacimientos de petróleo y gas de ambos para impedir su acceso a China, tan dependiente del "oro negro".
En realidad, el eje Cheney-Rumsfeld-Wolfowitz nunca engañó sobre sus verdaderas intenciones y la única verdad que expresaron en el contexto de su diluvio de flagrantes mendacidades puede ser excavado en sus documentos primigenios que subsume la Guía de política de planeación, redactada en 1992 por el unilateralista neoconservador straussiano Paul Dundes Wolfowitz, hoy en el ostracismo y entonces subsecretario del Pentágono bajo el mando de Dick Cheney, en la que resalta como objetivo primordial "contener a China" y aniquilar a los enemigos potenciales de Estados Unidos que se le atraviesen en el camino.
El "documento Wolfowitz" de 1992 se trasmutó en la "doctrina Bush" 10 años más tarde, que es enriquecida en su trayecto cronológico con los documentos adicionales del Proyecto por un nuevo siglo estadunidense y por clean break (que se pudiera traducir como "borrón y cuenta nueva") de Bibi Netanyahu, ahora líder del partido fundamentalista Likud. Debido a la catástrofe militar de Estados Unidos en Irak, la estrategia del "documento Wolfowitz" ha sido hecha añicos: China se encuentra 15 años más tarde mucho más poderosa y Rusia resucitó entre los muertos, epílogo que no se le hubiera ocurrido al genial Dostoievski, gracias a la elevación sustancial del precio del petróleo.