La amnistía anticipada de AMLO o el terrible maderismo light

El perdón de AMLO a la mafia del poder o la "amnistía anticipada", se puede leer con un traductor histórico, y la interpretación es igual de peligrosa que las ahora discutidas: ¿Y el juicio legal, moral e histórico ya Presidente se los brincará nada más porque sí? ¿Pretende cometer el mismo error que los gobiernos civiles latinoamericanos con las dictaduras militares que destruyeron la vida de miles de ciudadanos y muy pocos pagaron? Lo conmovedor es que en los últimos años Andrés Manuel López Obrador pasó de un discurso juarista de confrontación directa y una resistencia organizada en las calles a un maderismo de conciliación y pocas olas en la protesta social. El punto de quiebre está en el infarto al corazón que sufrió en medio de las protestas que no pudieron detener la Reforma Energética.

Francisco I. Madero tuvo la capacidad de llamar a las armas para derrocar al tirano, pero no tuvo la capacidad de juzgarlo y tampoco a sus aliados. Ya montado en la silla el llamado apóstol de la democracia le dio la espalda a los reclamos populares que le abrieron las puertas del palacio. Su crítico más duro fue Emiliano Zapata. La lección peligrosa que dejó Madero en sus desatinos, parece quererlo repetir AMLO en tiempo presente: fue derrocado y asesinado mediante un complot organizado por Victoriano Huerta (militar del viejo ejército), Felix Díaz (sobrino del dictador oaxaqueño) y Henry Lane Wilson (Embajador de los Estados Unidos), antiguos aliados del amnistiado Porfirio Díaz. Es decir, ¿AMLO está proponiéndole a Salinas que regrese a Irlanda para que desde allá siga operando en su contra? Que alguien lo sacuda por favor.

El error maderista de no hacer los juicios de guerra consecuentes al desastre humanitario de la guerra revolucionaria y no pasar al paredón a los científicos y sus extensiones humanas de corrupción y entreguismo nos costó prácticamente medio siglo. La Constitución de 1917 fue un gran logro sí, cierta infraestructura institucional también, pero La Revolución no concluyó su proyecto de hacerle justicia al pueblo. Asesinados Emiliano Zapata y Francisco Villa, en un par de décadas la oligarquía mexicana se reorganizó con ayuda de los capitales extranjeros y después del cardenismo tomó las riendas del fantasma revolucionario para explotarlo a manos llenas. Y todo por haber amnistiado a los canallas como ahora le propone a la mafia Andrés Manuel López Obrador.

Desde la distancia y diferencia que nos plantea la historia, el dos veces candidato a la Presidencia, porque no podemos olvidar o "amnistiar" la memoria, fue dos veces robada por el neoliberalismo la decisión popular que eligió presidente en las urnas al tabasqueño con millones de votos reales, no comprados con programas de gobierno, tarjetas MONEX o tribunales vendidos como lo hizo Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto. Andrés Manuel López Obrador en su propuesta de "amnistía anticipada" se sitúa en la línea histórica maderista que negoció con sus adversarios la renuncia de Porfirio Díaz y así ponerle fin a la primera etapa de la Revolución Mexicana. López Obrador le está anticipando a la clase política económica en el poder una amnistía todavía dentro de un cauce de normalidad política, o ¿por qué abrirles hoy la puerta de salida a los responsables de la tragedia nacional? ¿qué caos anticipa?

El norte recuerda. Villismo gráfico Siglo XXI 02