Que renuncie, y que renuncie ahora

Hoy miércoles cuatro de marzo, el Presidente Usurpador inicia una (indigna) gira de trabajo por Baja California. Su presencia es una afrenta a los fronterizos que han visto mermada su capacidad de consumo, su tranquilidad y estabilidad familiar a consecuencia de la ineptitud para paliar los efectos de la crisis del más pequeño cínico de México: Felipe Calderón Hinojosa. Desde que tomó posesión (gracias a los funcionarios corruptos del IFE, a la sordera del Tribunal Electoral, al PRI, a los chuchos y la complacencia de la Suprema Corte de Justicia) todos los días, al despertar lo enuncio a los cuatro puntos cardinales: "hoy será el último día de la usurpación"; y, teniéndolo más cerca que hace unas horas, con la fuerza de un huracán giro la consigna al fuego, la tierra, el mar y el viento: ¡renuncia! No habrá escapatoria, tu futuro ya está escrito: es hora de emprender el vuelo al precipio (y sin retorno). El costo del viaje será el de tu mediocridad: 15.38 pesos por un dolar. Es ahora.

El nombre de la debacle

No existe peor (des)gracia para un periodista mexicano que llamarse "Ciro Gómez Leyva". Ese nombre es la síntesis de lo que el periodismo del siglo XXI no debe ser: un rostro y una mano al servicio del poder.