lunes, diciembre 04, 2006
La rata
Como ladroncito entró al congreso, y ahora, como ladroncito, hace suyas las propuestas de gobierno de AMLO, que según sus propias palabras, son un peligro para México. ¿Entonces?
Fin de fiesta en los pinos 01
Anabel Hernández. Fin de fiesta en Los pinos.
Editorial Grijalbo, México 2006
“De acuerdo con la información extraoficial dada a conocer por la fuente de las unidades contra el crimen organizado del gobierno estadounidense, se presume que el narcotraficante (El chapo Guzmán) pagó al presidente Fox y a su familia una fortuna por su fuga: 40 millones de dólares. Y en esa negociación presuntamente intervino José Fox Quesada, el hermano mayor del presidente”
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“Según fuentes cercanas al Cártel del Golfo, la presunta conexión entre el Chapo Guzmán y Los Fox es a través de Javier Usabiaga, ex secretario de Agricultura, a quien el presidente Fox llamó el mejor Secretario de Agricultura de la Historia"
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“Juntas, en los seis años del gobierno foxista estas empresas (Arrendadora Ocean Mexicana, S.A. de C.V y Oceanografía, S.A. de CV) han obtenido contratos con PEMEX Refinación y PEMEX Exploración y Producción por la estratosférica suma de doce mil millones de pesos, dineros suficientes para mantener a los 25 millones de mexicanos más pobres del país durante un año.Estas compañías no sólo tienen en común a los mismos socios sino, según se afirma, apoyo de Guillermo Sahagún Jiménez y Jorge Alberto Bribiesca Sahagún, hermano e hijo de la primera dama de México, Martha María Sahagún Jiménez…”
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“Mientras el sexenio termina, la red de empresas apoyada por Guillermo Sahagún Jiménez y Jorge Alberto Bribriesca Sahagún sigue despachándose con la cuchara grande los recursos públicos de la nación. Juntas, AOM, Subtec y Oceanografía han reunido la imponente cantidad de doce mil millones de pesos […] Con ese dinero uno podría hacerse cargo del programa social del sexenio, Oportunidades, y dar manutención durante un año a los 25 millones de personas más pobres del país. Si se prefiere ser más ahorrativo, se podría cubrir el presupuesto anual de la Secretaría de Seguridad Pública Federal y guardar para sí la bicoca de dos mil millones. Si el caso es apostarle al desarrollo tecnológico de México, se le podrían entregar ocho mil millones de pesos al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y quedarse con el cambio.”
Editorial Grijalbo, México 2006
“De acuerdo con la información extraoficial dada a conocer por la fuente de las unidades contra el crimen organizado del gobierno estadounidense, se presume que el narcotraficante (El chapo Guzmán) pagó al presidente Fox y a su familia una fortuna por su fuga: 40 millones de dólares. Y en esa negociación presuntamente intervino José Fox Quesada, el hermano mayor del presidente”
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“Según fuentes cercanas al Cártel del Golfo, la presunta conexión entre el Chapo Guzmán y Los Fox es a través de Javier Usabiaga, ex secretario de Agricultura, a quien el presidente Fox llamó el mejor Secretario de Agricultura de la Historia"
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“Juntas, en los seis años del gobierno foxista estas empresas (Arrendadora Ocean Mexicana, S.A. de C.V y Oceanografía, S.A. de CV) han obtenido contratos con PEMEX Refinación y PEMEX Exploración y Producción por la estratosférica suma de doce mil millones de pesos, dineros suficientes para mantener a los 25 millones de mexicanos más pobres del país durante un año.Estas compañías no sólo tienen en común a los mismos socios sino, según se afirma, apoyo de Guillermo Sahagún Jiménez y Jorge Alberto Bribiesca Sahagún, hermano e hijo de la primera dama de México, Martha María Sahagún Jiménez…”
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“Mientras el sexenio termina, la red de empresas apoyada por Guillermo Sahagún Jiménez y Jorge Alberto Bribriesca Sahagún sigue despachándose con la cuchara grande los recursos públicos de la nación. Juntas, AOM, Subtec y Oceanografía han reunido la imponente cantidad de doce mil millones de pesos […] Con ese dinero uno podría hacerse cargo del programa social del sexenio, Oportunidades, y dar manutención durante un año a los 25 millones de personas más pobres del país. Si se prefiere ser más ahorrativo, se podría cubrir el presupuesto anual de la Secretaría de Seguridad Pública Federal y guardar para sí la bicoca de dos mil millones. Si el caso es apostarle al desarrollo tecnológico de México, se le podrían entregar ocho mil millones de pesos al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y quedarse con el cambio.”
Los sumisos
Según un video publicado hoy en la página de El Universal, fue el Estado Mayor Presidencial quien coordinó y operó la toma de protesta espuria de Felipe Calderón y la deshonrosa presencia de Vicente Fox en el congreso. El EMP, recibe órdenes directas del ejecutivo, por lo que su presencia en San Lázaro fue una invasión ilegal al poder Legislativo y a su autonomía, y a su vez pone en evidencia a los diputados del PAN, que obedecieron las órdenes del ejecutivo vía hombres de corbata roja en el congreso, traicionando así, su función como representantes populares.
No hay que esperar a que la historia los juzgue, podemos empezar ahora.
No hay que esperar a que la historia los juzgue, podemos empezar ahora.
Dresser, de la O
Denisse Dresser:
"Y México sólo será un país ganador -como promete Felipe Calderón- cuando en él haya menos perdedores. Menos personas "hartas de estar hartas" como dice el Zapata de Palou. Menos mexicanos obligados a diluir la esperanza, a cruzar la frontera, a marchar en las calles, a vivir con la palma extendida, a gritar porque piensan que nadie en el gobierno los escucha. Para que eso ocurra va a hacer falta que las personas más conscientes dejen de ser las más corrompidas. Va a hacer falta que el gobierno entienda la tarea fiduciaria que le toca: no defender a los "pacíficos" de los "violentos", sino defender a los ciudadanos de quienes son sus verdaderos enemigos: los políticos y los empresarios y los funcionarios que exprimen al país y contribuyen a frenarlo. Ante ellos va a hacer falta un imperioso "punto final".
Rogelio Ramírez de la O:
"La nueva administración debería estar hoy evaluando las propuestas de alianzas estratégicas con empresas de perforación en aguas profundas, la manera de abrir la refinación y el plan para convencer al PRI de las bondades de estos proyectos. Distraerse de esta agenda para señalar que la prioridad es la lucha contra la pobreza y que el gobierno debe adoptar un programa de austeridad, incluyendo la reducción de salarios de funcionarios altos, no suena como un planteamiento genuino y es probable que por lo tanto no lo hayan estudiado bien. Esta nueva administración aún debe fortalecer la confianza de su propia base de apoyo y por ello debe mostrar convicción sobre sus promesas de campaña. Introducir nuevos temas la podría alejar de su base de apoyo y generar dudas de que sabe lo que quiere. Los cuestionamientos sobre sus prioridades van a sobrar. Por ejemplo, en un programa televisado, Enrique Krauze cuestionaba al entonces candidato López Obrador sobre su insistencia de reducir los sueldos de los funcionarios si, según sus cálculos, eso sólo generaría ahorros por 8 mil millones de pesos. Los mismos cuestionamientos se podrían hacer ahora al planteamiento del gobierno de reducción de salarios".
"Y México sólo será un país ganador -como promete Felipe Calderón- cuando en él haya menos perdedores. Menos personas "hartas de estar hartas" como dice el Zapata de Palou. Menos mexicanos obligados a diluir la esperanza, a cruzar la frontera, a marchar en las calles, a vivir con la palma extendida, a gritar porque piensan que nadie en el gobierno los escucha. Para que eso ocurra va a hacer falta que las personas más conscientes dejen de ser las más corrompidas. Va a hacer falta que el gobierno entienda la tarea fiduciaria que le toca: no defender a los "pacíficos" de los "violentos", sino defender a los ciudadanos de quienes son sus verdaderos enemigos: los políticos y los empresarios y los funcionarios que exprimen al país y contribuyen a frenarlo. Ante ellos va a hacer falta un imperioso "punto final".
Rogelio Ramírez de la O:
"La nueva administración debería estar hoy evaluando las propuestas de alianzas estratégicas con empresas de perforación en aguas profundas, la manera de abrir la refinación y el plan para convencer al PRI de las bondades de estos proyectos. Distraerse de esta agenda para señalar que la prioridad es la lucha contra la pobreza y que el gobierno debe adoptar un programa de austeridad, incluyendo la reducción de salarios de funcionarios altos, no suena como un planteamiento genuino y es probable que por lo tanto no lo hayan estudiado bien. Esta nueva administración aún debe fortalecer la confianza de su propia base de apoyo y por ello debe mostrar convicción sobre sus promesas de campaña. Introducir nuevos temas la podría alejar de su base de apoyo y generar dudas de que sabe lo que quiere. Los cuestionamientos sobre sus prioridades van a sobrar. Por ejemplo, en un programa televisado, Enrique Krauze cuestionaba al entonces candidato López Obrador sobre su insistencia de reducir los sueldos de los funcionarios si, según sus cálculos, eso sólo generaría ahorros por 8 mil millones de pesos. Los mismos cuestionamientos se podrían hacer ahora al planteamiento del gobierno de reducción de salarios".
Protesta en medio de protesta
Horizonte político
Por: José Antonio Crespo
Al ver la tribuna tomada por los panistas, al grito de "México, México", para garantizar que Felipe Calderón pudiera rendir protesta en el salón de plenos, fue inevitable recordar cuando en 1988 los priistas asaltaron igualmente la tribuna coreando "México, México" como única forma para declarar a Carlos Salinas de Gortari presidente electo, ante cardenistas y panistas (entre ellos Vicente Fox) que replicaban con airadas consignas. Que el partido oficialmente ganador tenga que tomar la tribuna para hacer valer su victoria es reflejo de las cuestionables condiciones en que la obtuvo. Y eso era justamente lo que buscaba acentuar el PRD el 1 de diciembre. No tanto impedir que Felipe rindiera protesta, pues eso sí hubiera elevado los costos para el sol azteca de forma exponencial, ya que implicaba una grave violación a la Constitución, cometer delitos contra el Estado (como sedición y rebelión) y nos llevaría a un grave vacío jurídico del que quién sabe cómo hubiéramos podido salir. Y nadie anuncia un delito antes de cometerlo, a menos que no lo vaya a cometer o justamente para que sea evitado (como cuando se avisa que fue instalada una bomba en tal o cual sitio).
Todo indica que el PRD recurrió a ese amago como un bluff de jugador de póker, justamente para provocar las condiciones que permitieron elevarle el costo al PAN y a Calderón al tener que "militarizar" la ceremonia. La primera mejor opción para los perredistas era que Felipe rindiera protesta en una sede alterna, es decir, en el "patio trasero", señal de humillación y debilidad. Fórmula comprensiblemente no aceptable para Felipe, y de ahí la toma de la tribuna por los panistas desde el martes. La segunda mejor opción para la bancada perredista era que Calderón no llegara al salón de plenos por la puerta principal y que permaneciera ahí el tiempo estrictamente indispensable para, acto seguido, poner pies en polvorosa. La imagen buscada por el PRD fue la de "protestas y te vas", con lo que se pretendía poner al gobierno de Calderón un sello de "dudosa legitimidad", pues nadie plenamente legítimo tiene que andar en esos trotes para tomar protesta. El costo que por todo ello tendría que pagar el PRD frente a la opinión pública —sugerido por varias encuestas— fue calculado como menor que el de permitir una toma de posesión como si estuviéramos en una democracia escandinava. Por su parte, tanto Vicente Fox —con una indescriptible mueca, mezcla de soberbia y resentimiento— como quien fue su secretario de Gobernación, Santiago Creel, pudieron palpar directamente el resultado de su lamentable gestión política: una nueva y grave crisis de fin de sexenio. Cosa que jamás aceptarán ni siquiera ante sí mismos, pues los políticos requieren fuertes mecanismos sicológicos de defensa para sobrevivir en ese mar de simulación, cinismo y encono.
Que los perredistas no hicieron su máximo esfuerzo por impedir la toma de posesión de Calderón se reflejó al bloquear las puertas principales pero no la trasera, y ya cuando Felipe salió como de una chistera de mago, los legisladores del PRD se fueron a sentar a sus curules, sin asaltar la tribuna como lo hubiera exigido la estrategia de impedir el ceremonial a toda costa. Se trataba de que Felipe y los panistas no tuvieran claro si el amago iba en serio y de que hasta el final mantuvieran la duda al respecto. Eso explica la bizarra ceremonia celebrada en Los Pinos el primer minuto del viernes, donde Felipe "tomó posesión" ante su gabinete, lo que reflejó su inquietud de que quizá no pudiera rendir protesta frente al Congreso. En cuyo caso quedaría sin asumir sus funciones según lo estipula el artículo 128 constitucional. De ser así, se podría vender a la opinión pública la "toma de protesta" frente al gabinete como jurídicamente válida, para que no se le escatimara su derecho a fungir como Presidente constitucional. De ahí el surrealista evento de medianoche. Llamó también la atención la decisión de la Presidencia de monopolizar la transmisión en red nacional, con una crónica al más puro estilo de los sesenta, un auténtico retorno a los viejos tiempos. Según "producciones Foxilandia", en el Congreso se respiraba un "ambiente de tranquilidad" y Calderón inició su gestión "con la mano dura y el pie derecho" (dice mucho que no se haya matizado dicha convicción bajo la expresión "mano firme", sino abiertamente con la de "mano dura"). Varios medios decidieron saltarse la aburrida y zalamera narración oficial y continuaron dando a su auditorio una perspectiva basada en la penosa pero inocultable realidad de nuestro México bronco y bananero.
El acto y la marcha encabezadas por Andrés Manuel López Obrador tenían también como propósito hacer del Auditorio Nacional otro bunker, donde Felipe pudo celebrar a sus anchas —entre vítores y fanfarrias—, con amigos y miembros de las élites del país, representantes de los poderes fácticos a quien Calderón debe tanto. Aunque la pomposidad fue aderezada con un toque indigenista, para que no se dijera que el pueblo estaba ausente en tan magna ceremonia (pero sí faltó Elba Esther Gordillo, encarnación de las mejores causas populares). La festividad en el Auditorio contrastó con la grave solemnidad y el enojo en el acto de López Obrador, cuyo radicalismo y estridencia discursiva confirman que su estrategia este sexenio será confrontar sistemáticamente a Calderón, con miras a debilitarlo. La distancia entre esas dos estampas refleja la ruptura del acuerdo democrático que, en tanto no se restablezca, la vida política no podrá normalizarse. Más allá del trago amargo del viernes, queda por delante un campo políticamente minado. Todo ello, gracias al genio político de Fox, cuyo retiro al rancho es la mejor noticia de estos meses. Un año más en el gobierno y nos quedamos sin país.
Por: José Antonio Crespo
Al ver la tribuna tomada por los panistas, al grito de "México, México", para garantizar que Felipe Calderón pudiera rendir protesta en el salón de plenos, fue inevitable recordar cuando en 1988 los priistas asaltaron igualmente la tribuna coreando "México, México" como única forma para declarar a Carlos Salinas de Gortari presidente electo, ante cardenistas y panistas (entre ellos Vicente Fox) que replicaban con airadas consignas. Que el partido oficialmente ganador tenga que tomar la tribuna para hacer valer su victoria es reflejo de las cuestionables condiciones en que la obtuvo. Y eso era justamente lo que buscaba acentuar el PRD el 1 de diciembre. No tanto impedir que Felipe rindiera protesta, pues eso sí hubiera elevado los costos para el sol azteca de forma exponencial, ya que implicaba una grave violación a la Constitución, cometer delitos contra el Estado (como sedición y rebelión) y nos llevaría a un grave vacío jurídico del que quién sabe cómo hubiéramos podido salir. Y nadie anuncia un delito antes de cometerlo, a menos que no lo vaya a cometer o justamente para que sea evitado (como cuando se avisa que fue instalada una bomba en tal o cual sitio).
Todo indica que el PRD recurrió a ese amago como un bluff de jugador de póker, justamente para provocar las condiciones que permitieron elevarle el costo al PAN y a Calderón al tener que "militarizar" la ceremonia. La primera mejor opción para los perredistas era que Felipe rindiera protesta en una sede alterna, es decir, en el "patio trasero", señal de humillación y debilidad. Fórmula comprensiblemente no aceptable para Felipe, y de ahí la toma de la tribuna por los panistas desde el martes. La segunda mejor opción para la bancada perredista era que Calderón no llegara al salón de plenos por la puerta principal y que permaneciera ahí el tiempo estrictamente indispensable para, acto seguido, poner pies en polvorosa. La imagen buscada por el PRD fue la de "protestas y te vas", con lo que se pretendía poner al gobierno de Calderón un sello de "dudosa legitimidad", pues nadie plenamente legítimo tiene que andar en esos trotes para tomar protesta. El costo que por todo ello tendría que pagar el PRD frente a la opinión pública —sugerido por varias encuestas— fue calculado como menor que el de permitir una toma de posesión como si estuviéramos en una democracia escandinava. Por su parte, tanto Vicente Fox —con una indescriptible mueca, mezcla de soberbia y resentimiento— como quien fue su secretario de Gobernación, Santiago Creel, pudieron palpar directamente el resultado de su lamentable gestión política: una nueva y grave crisis de fin de sexenio. Cosa que jamás aceptarán ni siquiera ante sí mismos, pues los políticos requieren fuertes mecanismos sicológicos de defensa para sobrevivir en ese mar de simulación, cinismo y encono.
Que los perredistas no hicieron su máximo esfuerzo por impedir la toma de posesión de Calderón se reflejó al bloquear las puertas principales pero no la trasera, y ya cuando Felipe salió como de una chistera de mago, los legisladores del PRD se fueron a sentar a sus curules, sin asaltar la tribuna como lo hubiera exigido la estrategia de impedir el ceremonial a toda costa. Se trataba de que Felipe y los panistas no tuvieran claro si el amago iba en serio y de que hasta el final mantuvieran la duda al respecto. Eso explica la bizarra ceremonia celebrada en Los Pinos el primer minuto del viernes, donde Felipe "tomó posesión" ante su gabinete, lo que reflejó su inquietud de que quizá no pudiera rendir protesta frente al Congreso. En cuyo caso quedaría sin asumir sus funciones según lo estipula el artículo 128 constitucional. De ser así, se podría vender a la opinión pública la "toma de protesta" frente al gabinete como jurídicamente válida, para que no se le escatimara su derecho a fungir como Presidente constitucional. De ahí el surrealista evento de medianoche. Llamó también la atención la decisión de la Presidencia de monopolizar la transmisión en red nacional, con una crónica al más puro estilo de los sesenta, un auténtico retorno a los viejos tiempos. Según "producciones Foxilandia", en el Congreso se respiraba un "ambiente de tranquilidad" y Calderón inició su gestión "con la mano dura y el pie derecho" (dice mucho que no se haya matizado dicha convicción bajo la expresión "mano firme", sino abiertamente con la de "mano dura"). Varios medios decidieron saltarse la aburrida y zalamera narración oficial y continuaron dando a su auditorio una perspectiva basada en la penosa pero inocultable realidad de nuestro México bronco y bananero.
El acto y la marcha encabezadas por Andrés Manuel López Obrador tenían también como propósito hacer del Auditorio Nacional otro bunker, donde Felipe pudo celebrar a sus anchas —entre vítores y fanfarrias—, con amigos y miembros de las élites del país, representantes de los poderes fácticos a quien Calderón debe tanto. Aunque la pomposidad fue aderezada con un toque indigenista, para que no se dijera que el pueblo estaba ausente en tan magna ceremonia (pero sí faltó Elba Esther Gordillo, encarnación de las mejores causas populares). La festividad en el Auditorio contrastó con la grave solemnidad y el enojo en el acto de López Obrador, cuyo radicalismo y estridencia discursiva confirman que su estrategia este sexenio será confrontar sistemáticamente a Calderón, con miras a debilitarlo. La distancia entre esas dos estampas refleja la ruptura del acuerdo democrático que, en tanto no se restablezca, la vida política no podrá normalizarse. Más allá del trago amargo del viernes, queda por delante un campo políticamente minado. Todo ello, gracias al genio político de Fox, cuyo retiro al rancho es la mejor noticia de estos meses. Un año más en el gobierno y nos quedamos sin país.
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Contra(comunicado):
Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.
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