Foto: El Universal.
Ante su catástrofe de credibilidad, la La República de la Televisión recurrió al viejo truco para elevar los raitings: se tornó porno(gráfica). Con Juanito, "el guionista" construyó el teatro de la venganza: degradó la imagen del pueblo que lo derrotó. Juanito es la Resistencia de las élites económicas y políticas por aceptar la verdad: han sido vencidos en las urnas, en las calles y en la opinión pública por lo que desprecian: el pueblo. Entre más lesione Juanito la imagen de la lucha social, de la izquierda electoral y de la Resistencia Civil Pacífica, mayor será la venganza del bandolero económico global.
El periodismo pornográfico se basa en un principio de conquista: para dominar a una cultura, primero se logra que la cultura dominada se avergüenze de lo que fue y de lo que es. A eso se debe que la pornografía televisiva intente degradar los símbolos de nuestra cultura milenaria. Es la disputa por la vergüenza que nos limita desde 'La Conquista'. Es la guerra de las imágenes: corromper los símbolos nacionales para impostar los del poder global.
Los voceros son pornográficos al reproducir acríticamente los sistemas de consignas fundados en la mentira, así prostituyen el símbolo de la verdad. El periodismo pornográfico es un simulacro crítico: no describe o analiza la realidad, la construye a imagen y semejanza del poder. El periodismo pornográfico es la ofensiva del neoliberalismo por mantenernos oprimidos e imponernos desde lo indecible y lo inexplicable, un 'Estado Privado Supranacional' donde unos cuantos hombres serán los dueños de todos los hombres, y de todas las imágenes de los hombres.