Desde hace meses se exhibe en los medios masivos de comunicación, "la decadencia temprana" de Britney Spears. La niña Disney fue "educada" para obtener el éxito y la fama que Hollywood ofrece, y su decadencia artística (re)presenta la (macro)putrefacción de la "cultura del espectáculo". Es el último programa: "la publicidad de lo íntimo". Britney se vomita en la pista de un club, Britney en Youtube trepada en éxtasis, Britney tiene relaciones sexuales con un desconocido cada fin de semana, y Britney pierde "la custodia" de sus hijos y se "rapa" en venganza; todo, en un par de meses. A ese ritmo. En dos años Britney vivirá en un "acilo de ancianos". Britney es un espejo de lo liviano.
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