Hoy martes 26 de enero del 2010,
El Universal publicó: "Un funcionario del gobierno mexicano asegura que la DEA ya planeaba desde antes de diciembre de 2006 involucrar a México en un plan de guerra contra el narcotráfico." Es el pico de un
iceberg intervencionista: los verdaderos motivos de la 'guerra contra el narco' los determinó la DEA, el Gobierno de Estados Unidos y no Felipe Calderón Hinojosa, el Antonio López de Santa Anna del Siglo XXI. Y según el Código Penal Federal en su artículo 123, es 'traidor a la patria' quien
realice actos contra la independencia, soberanía o integridad de la Nación Mexicana con la finalidad de someterla a persona, grupo o gobierno extranjero.
Y si la DEA ya tenía planeada 'la guerra' antes de diciembre del 2006. ¿Sería entonces la guerra pensada en el extranjero, uno de los principales motivos del fraude electoral del 2006? Y quiénes ganan en una guerra como la que estamos viviendo: la maquinaria bélica estadounidense. Así de grande: la sangre mexicana se traduce en ganancias económicas para los que impusieron a Felipe Calderón Hinojosa. El incremento en los presupuestos públicos para la compra de armas y "defender a la sociedad del narco", terminó en vulgar negocio de la oligarquía bélica internacional, mientras en México, millones de personas se están 'literalmente', muriendo de hambre y de miedo.
Empieza a construirse una hipótesis: la idea de la guerra invadió a México desde el extranjero. El Ejecutivo Federal, usurpado en las elecciones del 2006 y los altos mandos militares que convalidaron el golpe de la oligarquía nacional, entregaron la independencia del
Ejército Mexicano a las determinaciones de la DEA. ¿Estamos viviendo el guión oscuro del post
Tratado de Libre Comercio?, ¿la entrega del territorio, la cultura, la economía, la política y el control militar de México a los intereses extranjeros?
De esa magnitud será la ruptura histórica y los juicios que se avecinan.