La agenda extranjera de La República de la Televisión está en el tratamiento de la "noticia", en la selección de las "partículas del mundo" que los Voceros de la república imponen como "el todo" de la realidad nacional. Cuando se discute el futuro de Pemex en los foros del Senado, la dictadura televisiva transmite la partícula "fenómenos climatológicos". Es más importante la historia de una viejesita que perdió un perro ciego en una calle de Londres que la inflación en México. Televisa, en sus telenovelas noticiosas incluye la interpretración del himno nacional estadounidense en distintas ciudades del mundo pero no enuncia el motivo de las protestas sociales de los maestros que se oponen a la "ley del ISSSTE".
El duopolio televisivo existe para defender al gobierno de sus errores y para promover sus impotentes logros. No cumple su papel de "medio" entre la sociedad y "el gobierno", al contrario, son los policías mediáticos de la pandilla que usurpó la presidencia de México. Todos los días, a todos horas, los Voceros atentan contra la libre expresión de las ideas, y lo más ácido, utilizan las yuxtaposiciones para manipular la comunicación y la mente de los espectadores. Los comerciales de "productos chatarra", en el lado obscuro de la percepción, son cápsulas coercitivas, teoría y práctica de la "dictadura simbólica".
En México, más del noventa por ciento de la población cuenta con una televisión en casa, el capital tecnológico y humano suficiente para vislumbrar en la comunicación un factor de transformación social. Ochenta por ciento de los mexicanos no cree en los noticieros de La República pero los "ve" de manera frecuente. Sabe como de-codificarlos, ha aprendido las "claves para leer" el inframundo. La historia de las manipulaciones noticiosas ha sido más larga que todas las malas telenovelas juntas: los hermanos bastardos de Cuauhtémoc Cárdenas, el chupacabras, el asesinato de Paco Stanley, los balseros "milagrosos", el fraude electoral y el "news divine".
Después del once de septiembre el neoliberalismo se transformó en "la dictadura simbólica" del desastre y del miedo. Entró en su fase de "neoliberalismo salvaje". Con el "show" de las Torres Gemelas, evidenció la ruptura de cualquier principio de veracidad y verosimilitud. La ficción contagió al ejército mediático monárquico y sin que "nadie" lo advirtiera, conviertieron lo "falso" en "real" y viceversa. La caída de las torres es "la reina" del engaño comunicativo de la historia televisiva del mundo. Fue el fin de Hollywood y el principio del post-hollywood: el gobierno global, el coercitivo "nuevo orden mundial". A unos meses de que George Bush entregue el poder, la monarquía global está moviendo los símbolos y la comunicación hacia el autoritarismo del espectáculo: entrenamientos de tortura, sexo y Britney Spears, cráneos golpeados, los príncipes de Inglaterra vestidos de Hitler, bocas reventadas, cuerpos raquíticos, genocidios y mutilaciones. Los arquetipos del desorden y la futilidad, la degradación del siglo XX en el XXI.
Antes de la erupción de lo digital, la televisión era irrefutable, la memoria le pertenecía al medio -y a quien controlaba al medio-. El ciudadano era un cero a la "izquierda". No había comunicación. Era la "dictadura" de las imágenes. Internet, como medio de comunicación generó formas líquidas de intercambios simbólicos y nuevos procesos económicos; internet activó "la memoria del mundo". Internet es la revolución de la cultura y el tiempo. Es bueno recordarlo: un mexicano "inventó" la televisión. Los antiguos códices mexicanos son símbolos que se interpretan pictográficamente e ideográficamente. Una imagen significa "el nacimiento del mundo", pero también "equilibrio" y 27 referencias más. En la "interpretación" de los libros de "pinturas", -los comics antiguos-, una "fecha" o un número pueden ser el "punto donde se ven todos los puntos". Similar a una edición de imágenes "en movimiento": una imagen+segunda imagen= múltiples interpretaciones, ideas, referentes y mitos. La televisión e internet pueden sustituir la función de los códices, los símbolos para relacionarse mejor con la vida, con la tierra, con el mundo y la naturaleza.
La cultura es el software de la sociedad, lo que nos antecede, lo que nos constituye. Es el sistema de habilidades y dispositivos adquiridos desde el primer "hasta el último hombre". La cultura es el cerebro que produjo un sueño, abstracciones y juegos. La República de la Televisión es totalmente monárquica. Como con el petróleo, es hora de iniciar un debate televisivo nacional.
banksy
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