Sin importar dónde se parara, Vicente Fox Quesada repitió durante la campaña electoral del 2006: "no hay que cambiar de caballo, sólo de jinete". Suponemos que, en la cabeza de Fox, el caballo era el foxismo, la democracia y la estabilidad. Y con todo eso acumulado, el jinete es lo de menos (de "mucho menos" si es chaparrito!).
"Los opositores --sin llamar a AMLO por su nombre--, son un peligro para México". En la televisión se anunciaba frenéticamente: si gana Andrés Manuel, ¡nos van a quitar la casa! Y, por consecuecia, se desatará una crisis económica. Nos llevará a todos a la quiebra. Y por eso, la gente correría el riesgo de perder sus casas. Pero la realidad no es una zorra, y ahora sabemos que a los jinetes les quedó siempre grande el caballo. Se robaron la elección para seguir enflacándolo.