"Autoridades del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) desconfían de su propio personal ante la posibilidad de que filtren información clasificada al crimen organizado o a personas ajena al gabinete de seguridad del gobierno federal, por lo que de manera frecuente aplican acciones de contrainteligencia a funcionarios de ese organismo.
De acuerdo con documentos ministeriales a los que tuvo acceso La Jornada, desde 2008 se detectó que servidores públicos del Cisen presuntamente entregaban sobres y paquetes con información a sujetos extraños en restaurantes y lugares públicos, lo que motivó una denuncia de la consejería jurídica del organismo de inteligencia ante la Procuraduría General de la República (PGR)."
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