Adán Cortés Salas estudiante de Relaciones Internacionales en la UNAM fue el ser heroico que llevó corriendo la bandera mexicana a la explanada de la paz en Oslo. Irrumpió el águila, la serpiente y el doble rojo los premios Nobel. Y valiente, ante las cámaras, pidió a los galardonados no olvidar a México. Fue una acción global de protesta por los 43, por la paz y contra la trágica indiferencia. Burlando la seguridad llegó una pluma de la (r)evolución mexicana hasta Noruega. En lenguaje imperial de guerra: —se les escapó un misil patriot en su propia arena—.
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Foto tomada de La Jornada.
La paradoja. Los neoliberales borraron de la historia oficial de México a los niños héroes. Desde la perspectiva moderna, los degradaron: los volvieron "mito". Material inconsciente. Cuento. La idea era que el pueblo olvidara la invasión gringa que defendieron. La peor de nuestras derrotas: pagamos la deuda de guerra con la mitad del territorio. Y en plena crisis político social neoliberal de Enrique Peña Nieto, desde el Siglo XXI les brinca en Oslo la Historia que también ellos des-aparecieron. Un bumerang (escudo) del tiempo. La historia se repite y multiplica: ahora Juan (Adán) Escutia lanzó la imagen de la bandera ensangrentada a nivel global.