“Así, detrás de la aparente constancia de las palabras que permanecen iguales, a despecho de la resistencia feroz de las formaciones históricas consolidadas (discursos, instituciones, representaciones dominantes) para conservar en sí mismas su sentido y mantener el orden que las hace posibles y legitimas...”
Alain Renaud
Bajo esta logística se reinventa y conocemos el “nuevo mundo”, nuestro mundo, sus prácticas y vida cotidiana, los datos semánticos que construyen el saber y sus interpretaciones. Palabras e imágenes expuestas en la superficie, obras finalizadas por sí mismas, carentes de contenido mas allá de ellas, en el efímero momento de su presentación. Fundamentadas en el número binario (producción digital), donde se desconoce el proceso metodológico de su génesis, la carencia de una comprensión epistémica, filosófica, estética, científica. El saber se entrega a la superfluidad de la imagen y el momento y ahí es donde se construyen las pautas del saber. El lenguaje está en otra parte. Hombre – Maquina, en el mejor sentido de la palabra.