domingo, febrero 18, 2007
K.O a Tello!
Federico Arreola
"Miento en eso": Carlos Tello
Carlos Tello escribió en su libro 2 de julio, de editorial Planeta, que Andrés Manuel López Obrador dijo "perdí" la noche de ese día de 2006 en una suite del hotel Marquis Reforma frente a un grupo de 10 personas: sus tres hijos (José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo), mi hijo Federico Manuel, Marcelo Ebrard, César Yáñez, José María Pérez Gay, Mario Delgado y Nicolás Mollinedo.
El pasado 14 de febrero, en el programa de Carmen Aristegui de CNN en español, Tello dijo que no podía revelar la "fuente" que le contó lo anterior. Lo cito: "La fuente me la reservo... es la única fuente que me reservo". Yo le respondí: "escribiste un libelo, una mentira total". Le exigí que probara que AMLO había dicho eso. No pudo hacerlo. Lo reté a que diera el nombre de su fuente, se negó varias veces. Insistí y Tello no soportó la presión. Me acusó: "Tú fuiste la fuente". Cuando le expliqué que lo iba a llevar a los tribunales por esa calumnia, reculó: "Miento en eso, efectivamente".
Mintió en el programa y mintió en su libro. Para muchos, él está haciéndole el trabajo sucio al gobierno. Es su problema, es su moral. El siconalista Alberto Sladogna me envió una carta: mientras yo le decía a Tello que es "un mentiroso y él decía que no y trataba de salirse de su afirmación de 'perdí' que él pone en boca de AMLO y que le atribuyó a usted habérselo confiado, bueno, en uno de esos momentos usted lo pone contra las cuerdas con el asunto de la fuente, las mentiras y el libro, y él le responde: 'Mi fiente -trastabilla y corrige- mi fuente no la digo'. 'Fientes' es una bonita condensación entre fe, fuentes y mientes: mi fuente miente, la frase sería algo así: doy fe, mi fuente miente".
Miente su fuente y miente Tello. Así lo reconoció él mismo en la televisión. No hace falta decir nada más.
Astillas sobre las mentiras de Tello
Astillero
Julio Hernández López
Embustero
El (falso) cazador, cazado
Las fuentes innombrables
"Miento... efectivamente"
Una amplia campaña de difusión en medios electrónicos, y de ciega solidaridad analítica en ciertas columnas periodísticas, ha tenido un libro construido a partir de presuntas confesiones en privado de fuentes innombrables que habrían dicho que Andrés Manuel López Obrador habría reconocido su derrota electoral el 2 de julio.
A partir de la insostenible tesis de que una fuente secreta puede servir de sustento para que con sólo esas presuntas palabras se pueda construir una verdad histórica, Carlos Tello Díaz ha servido de arreglada inspiración pautada para la nueva etapa de arremetida mediática contra el perredista tabasqueño. Ya han desmentido las versiones los presuntos testigos o confidentes del maquilador de argumentos por encargo (así lo hizo en su momento contra el movimiento zapatista, con el libro La rebelión de las cañadas, origen y ascenso del EZLN, que desde entonces dejó al autor y sus obras un aroma a Cisen), pero lo importante para esas tareas de difamación es instalar la semilla infecta que sigue siendo abonada y cultivada por los jardineros del poder.
Ya José María Pérez Gay, citado por Tello Díaz como uno de los supuestos escuchas de la confesión andresina de fracaso, lo llamó calumniador en el puntual y contundente artículo "Documenten, señores, no inventen", publicado en La Jornada, y lo exhibió como alguien que ejerce "la ridiculez de ampararse en lo que le dijeron que dijera sin decir quién se lo dijo". El respetado Pérez Gay mencionó que el texto de Tello trata de reducir el proceso electoral "sólo a los dimes y diretes, a los rumores de fuentes anónimas y no fidedignas, a la 'crónica de sociales' de los grupos cercanos y al repaso de las cifras que todos conocemos y en las que demasiados no creemos".
Pero, centrados en la palabra "perdí", que supuestamente habría pronunciado AMLO, y a partir de la cual se ha pretendido "demostrar" que la denuncia del fraude electoral fue una pataleta posterior, y que el tabasqueño es un "mal hombre" que a sabiendas de su derrota fue capaz de negarla y construir un movimiento de resistencia civil, Federico Arreola y Tello sostuvieron un diálogo intenso frente a Carmen Aristegui (de entre las varias versiones de video en Internet llegadas a Astillero, es especialmente preciso el trabajo hecho por Scharfs, disponible en www.youtube. com/watch?v=Vht9dRTOItw):
-Demuestra que Andrés dijo eso. Dí tu fuente. Si la tienes -retaba Arreola (FA).
-Sí la tengo -con sonrisa nerviosa contestó Tello (CT).
FA: -¡Díla!
CT: -No la voy a decir... es la única que me reservo.
FA: -¡La única que se reserva! ¡Fíjate nomás!
Mientras CT trataba de justificar que hay fuentes que pueden ser reservadas, FA le aseguraba que su fuente no era directa y lo volvía a exhortar: "Dí el nombre". Retador, moviendo la mano cerca de la cara de CT, volcado en CT que estaba sumido en su asiento, FA insistió: "Dí el nombre. Dí el nombre. Atrévete. Atrévete", y CT respondió: "No lo voy a decir". FA insistía: "Atrévete", y CT dio el paso en falso: "Tú, tú fuiste la fuente".
A partir de allí se dio un agitado intercambio de frases:
FA: -Mientes.
CT: -Tú fuiste la fuente.
FA: -¿Yo te dije?
CT: -Sí.
FA: -Mientes.
CT: -No miento.
FA: -Sí, sí mientes.
Carmen Aristegui intervino: ¿Fue Federico la fuente?
FA: -Miente, Carmen, yo no fui la fuente. En su mismo libro dice que yo no fui. Miente. El señor es un mentiroso. Atrévete a repetirlo, atrévete a repetirlo y nos vamos a los tribunales en este momento. ¿Yo fui la fuente?
CT: -Tú fuiste la fuente.
FA: -¿Yo fui la fuente? Mientes.
Y en ese momento se produjo la confesión abierta, sin transición, como si se estuviese escribiendo un libro por encargo:
CT: -Miento en eso, efectivamente. Yo no... Federico no fue le fien... la, la, la fuente...
FA: -¿Entonces por qué mientes aquí, y mientes en el libro?... No puedes venir a mentir aquí... ¡Pues qué es esto; viene a mentir!...
Aristegui insistió en preguntar si Federico era la fuente:
CT: -No. La fuente me la reservo.
Ya fuera de cámaras, Tello jugueteó con la tesis de que había señalado a Arreola "para dejar la duda". Al final de la sesión grabada, Arreola se despidió de Tello, quien dijo preguntarse si debía saludar de mano a Federico. "Pues deberías hacerlo, puesto que cuando me pediste información yo te la di, así es que me debes saludar", le señaló Arreola. Acompañante de su escritor estrella, la representante del Grupo Planeta, que publicó el texto de Tello, fue menos diplomática e insultó a Arreola, diciéndole que ella no le debía nada, así es que se fuera al carajo (u otras expresiones más propias del habla popular mexicana). Arreola había anunciado que enviará una carta al presidente del Grupo Planeta, José Manuel Lara, precisando que el texto de Tello es un libelo impropio de ser difundido por esa firma española. Un día después de la confrontación televisada, Arreola estaba en Los Angeles, negociando la distribución en Estados Unidos de la película que Luis Mandoki hizo sobre el fraude electoral y que probablemente estará en pantallas por allí de mayo.
Astillas
¡Oh, qué gran coincidencia, casualidad, simultaneidad o sincronía! Resulta que la "vacilada" (Manlio Fabio dixit) de la presunta amenaza de Al Qaeda a instalaciones petroleras, entre ellas las mexicanas, coincidió con la llegada al Distrito Federal del secretario gringo de seguridad interna, Michael Chertoff, para platicar con los veladores mexicanos sobre la situación actual del traspatio moreno y los riesgos que enfrenta, además de ir viendo si es necesario que policías güeros ayuden, abierta o encubiertamente, a cuidar el charco petrolero, no vaya a ser la de malas. Luego vendrá la visita del jefe Bush, el 12 de marzo, según eso a la blanca Mérida, dominada por otro grandote colonializado que no se llama Bisonte Ox sino Patricio Patrón (todo lo contrario de un Plebeyo Trabajador)... Y, mientras se reciben amables reproches de lectoras a las que no gustó el sexismo de sólo decir que esta columna ama a sus lectores, ¡feliz fin de semana para lectores y lectoras amados y amadas!
El maximato con botas.
Era innevitable, Vicente Fox, la Señora Marta irán develando las pruebas que los inculpen en el fraude electoral que realizaron delante y por encima de todos. En Los Pinos estuvo la verdadera casa de campaña del pelele, y ahí se hicieron los amarres con finísimos políticos y dirigentes como El Gober "precioso" y la maestra Elba Esther Gordillo. Y todo porque Vicente, quería desquitarse la derrota que le propinó Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores en el round del desafuero.
Con cariño para Tello Díaz.
José María Pérez Gay
Documenten, señores, no inventen
Ayer por la mañana, el señor Carlos Tello Díaz afirmó, en una entrevista televisiva, que el mismo 2 de julio -título de su libro- Andrés Manuel López Obrador había admitido en el círculo de sus colaboradores más cercanos, a los que señala: Federico Arreola, César Yáñez y José María Pérez Gay, su derrota electoral. Desde hace varias semanas Tello Díaz me buscó -cuatro o cinco veces- para hacerme una entrevista sobre la noche del 2 de julio. "Busqué también a José María Pérez Gay, a quien le mandé un cuestionario por correo electrónico, una de cuyas preguntas hacía referencia a la reacción de AMLO frente a las elecciones en el hotel Marquís.
'Si respondo a tus preguntas me deja-rías sin la crónica histórica que con el título Explico algunas cosas publicaré en unos dos meses', me contestó Pérez Gay. Yo ignoro si los tres estuvieron presentes en el episodio que describo, pero sé que uno de ellos sí escuchó la confesión de Andrés Manuel y que la comentó en los primeros días de julio con al menos tres personas, a través de las cuales tuve conocimiento del episodio. Mis fuentes para recrear esta escena, que es clave, son entonces todas indirectas, pero confiables.''
No quise darle la entrevista a Tello Díaz por dos razones: en primer lugar, porque escribo una crónica no de la noche del 2 de julio, sino de los años con Andrés Manuel López Obrador. En segundo, porque no creo en su trabajo. Si el método de investigación de su libro La rebelión de las cañadas le funcionó sólo a medias, y mucha gente advirtió en él la crónica de una delación, aquí en su libro sobre el 2 de julio fracasa cuando intenta ''una crónica minuto a minuto del día más importante de nuestra historia contemporánea'', porque en realidad reduce el proceso electoral sólo a los dimes y diretes, a los rumores de fuentes anónimas y no fidedignas, a ''la crónica de sociales'' de los grupos cercanos, y al repaso de las cifras que todos conocemos y en las que demasiados no creemos.
Su método es el de la no-inexactitud de sus afirmaciones, y si en lógica la doble negación es un hecho, en el espacio de la moral es lamentable. En su momento más melodramático, Tello Díaz es cuando menos grotesco. Andrés Manuel López Obrador nunca dijo esa noche, y lo recuerdo con toda precisión, nada parecido a la admisión de una derrota, más bien lo contrario. Tello Díaz, infatigable explorador de Amazonas, debería regresar con los yanomami, porque lo que el Amazonas non da, periodismo non presta.
Tello Díaz insiste en no revelar sus fuentes, con lo cual tratándose de un asunto tan importante declara que esas fuentes no existen, y que yo sepa su palabra como la de cualquier periodista vale por lo que documenta, no por lo que inventa. Si Tello Díaz quiere ser fabulador ahí está el espacio de la novela, si quiere ser periodista ha empezado muy mal: con la calumnia y la mentira.
Al ver cómo Tello Díaz hace de la mentira su Archivo General de la Nación, repito que es un calumniador, y yo sí puedo revelar mis fuentes: los testimonios de Federico Arreola, César Yáñez y yo mismo, y no la ridiculez de ampararse en lo que le dijeron que dijera sin decir quién se lo dijo.
Otro coscorrón al "2 de Julio"
También Porfirio Muñoz Ledo desmiente a Carlos Tello
Triunfo Elizalde
Porfirio Muñoz Ledo se sumó ayer a la lista de políticos cercanos a Andrés Manuel López Obrador que desmienten al historiador Carlos Tello Díaz sobre su libro 2 de julio, en el cual sostiene que personajes del círculo íntimo del ex candidato presidencial revelaron que éste admitió haber sido derrotado en las urnas. En entrevista con La Jornada, aseguró que explicó a Tello "largamente lo que pasó ese día", y lo que afirma en su libro, que López Obrador dijo "perdí", al conocer una primera encuesta de salida, "no ocurrió". Agregó que entre las informaciones que proporcionó al autor del controvertido libro figuró su posición respecto a la demanda del PRD de un recuento de votos. "Estuve claramente a favor de la nulidad de la elección, no del recuento. Porque el problema viene de antes y la prueba es lo que Vicente Fox acaba de decir que se desquitó". Añadió que también explicó a Tello las diferencias entre el fraude de 1988 (de Carlos Salinas contra Cuauhtémoc Cárdenas) y el de 2006: "En el 88 había más votos nuestros, por eso quemaron las urnas. Aquí no se sabe porqué no se abrieron, la ilegalidad está antes. Por eso ganar o perder no tiene que ver con las encuestas. Eso es absurdo".
Por andar de diente suelto
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Huracán: La política secreta neoliberal
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