Ni uno más

Ahora fueron 10 niños y jóvenes de entre 8 y 21 años de edad asesinados en Durango. Ni un niño ni una mujer, ni un joven, ni un adulto, ni un anciano, ni un hombre, ni un soldado, ni un sicario más deben morir por un proyecto tan inhumano y degradante como el neoliberalismo. Ya van más de 18,000 mexicanos caídos y miles de familias sacudidas por el shock intempestivo de la muerte. De nuevo, la historia de siempre: los opresores ordenando que se maten los oprimidos entre ellos. Ni un mexicano más debe morir por los amurallados designios de la oligarquía. Las lecciones han sido terribles, dolorosas y suficientes. Por lo que queda de México: es la hora de pedir la paz.

Información: y ya

Felipe Calderón Hinojosa en entrevista con Fareed Zakaria del programa GPS de la cadena CNN:

"Mi objetivo principal no es acabar con las drogas ni eliminar su consumo. Eso es imposible. Mi objetivo es fortalecer la ley mexicana. Quiero hacer de México un país donde se respete la ley, porque ése es el primer paso para el desarrollo".

¿Mi objetivo es fortalecer la ley mexicana? ¿Hacer de México un país donde se respete la ley? Pausa: ¿no fue él quien se robó las elecciones y asesinó en televisión a una niñita llamada 'la democracia en México'? Caramba. Si el objetivo era 'fortalecer la ley', en lugar de propiciar que los mexicanos se mataran entre ellos, porque no empezó por 'hacerle cumplir la ley' a sus amigos y benefectores: Elba Esther Gordillo, Carlos Salinas de Gortari, Vicente Fox, César Nava o Juan Camilo Mouriño.

O cómo explicar que en ese afan de "hacer cumplir la ley" ni siquiera removió de su equipo de colaboradores a los mandos policiacos del periodo donde, según Felipe Calderón Hinojosa, "no se cumplió la ley". Ahí estuvo Eduardo Medina Mora, ahí está Genaro García Luna y ahí está en su rancho Vicente Fox nadando en una alberca llena de coca cola, billetes verdes e impunidad. Los argumentos de Calderón son insostenibles. Falaces. Un retrato de su condición política: es un Presidente Usurpador, un actor político que le ha mentido por años al pueblo televisivo de México.

Ayer La Jornada publicó un reportaje de Sanjuana Martínez que anunció en primera plana: 'Monterrey, en medio de una verdadera guerra urbana'. ¿Una verdadera guerra? Es decir, hubo antes una ¿guerra ficticia? ¿O al calificarla como verdadera le está asignando un valor de legitimidad política y social que trasciende al genérico 'guerra contra el narco'?

Necesitamos información: ¿quiénes son los mexicanos que están muriendo? ¿qué tipo de guerra se está librando?, ¿quiénes son los estrategas de uno y otro lado?, ¿a qué bandos pertenecen los genéricamente llamados 'sicarios'?, ¿con cuantos efectivos cuentan los ejércitos en pugna? Porque al sacar al Ejército Mexicano a combatir a los 'narcos' el Estado le asignó nivel de Ejército a su opositor: ¿quiénes son los generales, milicianos y financiadores de ese ejército?, ¿dónde y cómo compran sus armas?, etcétera. Es la hora de saberlo. Más allá de la telenovela del miedo y de la guerra psicológica, la pregunta es la duda de millones: verdaderamente, qué está pasando aquí.

Regeneración TV

– La repercusión social de la falta de empleo: la violencia.
– Cooperación para el desarrollo y para el bienestar, no intervención militar.
– Para lograr la autosuficiencia alimentaria: revisión inmediata del TLC.
– Cooperación sí, intervencionismo no.
– La paz y la tranquilidad son frutos de la justicia.