martes, marzo 01, 2016

GRAMSCI: Sentido Común y Cultura Crítica

En el marco del Seminario Permanente de Pensamiento Crítico Latinoamericano “Bolívar Echeverría”, el 24 de febrero, en CIESPAL se desarrolló el conversatorio “GRAMSCI: Sentido Común y Cultura Crítica”. Participan: PhD Santiago ORTIZ, PhD Susana WAPPENSTEIN y PhD Jorge Luis ACANDA.


La sociedad de los cobardes (política ficción)

Sergio Humberto Brown Figueredo

"Los dioses condenaron a Sísifo a empujar eternamente una roca hasta lo alto de una montaña, desde donde la piedra volvía a caer por su propio peso. Pensaron, con cierta razón, que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza."
Albert Camus. El mito de Sísifo.

01. Los dioses de la guerra y la valentía, solían visitar la sociedad de los cobardes transformados en avatares chuscos que los hacían invisibles, y de manera burlona sometían a miedos innecesarios a los cobardes, que seguido terminaban en el suelo llorando por las burlas excesivas de los dioses de la guerra, se les hacían tan despreciables esos hombres que se les volvió vicio cruel molestarlos, y por piedad impuesta por el dios del trueno, decidieron mejor destruirlos para siempre. Eliminar en definitiva la cobardía de la tierra.

 02. Según un antiguo escrito que guardaban con celo los sacerdotes de la sociedad cobarde, su vida terminaría como la cuarta de las eras según el calendario azteca: a pedradas expulsadas del cielo. De ahí que cuando caía una granizada temían por horas fuera el inicio del fin del tiempo cobarde.

03. El gobernante de la sociedad de los cobardes no tenía por característica ser el "poquito" más valiente. Era el arquetipo de la cobardía, el mejor entre los cobardes y su trabajo público era fundir a la población en las tinieblas del miedo. Sacrificarlos al vacío emocional. Desbarrancarlos sin misericordia. Robarles el sueño, el fuego y la palabra. En esa sociedad la sumisión era el máximo valor individual y colectivo. Entonces el gobernante salía a las calles y chicoteaba al azar a los cobardes que le decían mientras eran lastimados: "agradecido de ser torturado por el ilustre", "excelentísimo señor del fuete, le pido marque un autógrafo irrepetible en mi rostro", y entre más sumisas las peticiones mayor la recompensa. Los agachados, ya se sabía, estaban encantados viviendo de rodillas, pateados y pidiendo casi a gritos que les sacaran los ojos y la lengua.

04. En la sociedad de los cobardes ser ignorante era célebre y se tenían muchos privilegios políticos, económicos y sociales. Los ignorantes copaban los puestos de gobierno, los parlamentos, los medios, los tribunales, las universidades, o cualquier lugar donde se pudiera hablar o hacer algo. La ignorancia lo sublime. La ignorancia el poema. El éxtasis. La ignorancia el cabello que acaricia el éxito espectacular. El campeón ignorante, el peso pesado de la nada, el triste ícono heroico a seguir en la sociedad de los cobardes.

 05. Diga que ser cobarde es hermoso. Diga que ser cobarde es un estado elevado de consciencia. Diga por la ventana orgulloso en el día de la celebración nacional: "soy cobarde, soy cobarde, soy cobarde". Diga que la sabiduría es cobardía y le daremos un premio que después será una carga (como las figuras de yeso) o risas grabadas. Diga que la experiencia del ser cobarde es lo más cercano a la presencia de Dios o la iluminación. Diga que el todo, el ser, lo cerca y lo junto es la cobardía. Diga eso o entonces puede desaparecer, ser golpeado, ser perseguido, ser desprestigiado. Diga pues que su teología es el cobarde entendido como el ser social sumiso o se vuelve el número 43.

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Presentan Elena Poniatowska y Lydia Cacho.

Contra(comunicado):

Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.

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