miércoles, mayo 27, 2009

La política del espectáculo

Ayer, el político más porcino (¿O el porcino más político?) de México, Germán Martínez, construyó una pirámide a la hipocresía –característica típica del protofascismo–:

"El dirigente del Partido Acción Nacional (PAN), Germán Martínez Cázares, dijo ayer que se siente orgullosísimo de la labor del presidente Felipe Calderón Hinojosa en materia de seguridad y economía, pese a que en este último rubro se ha registrado una caída de 8.2 por ciento del producto interno bruto (PIB) y se perdieron medio millón de empleos en el primer trimestre del año."

(nota)

CECUT: Estrictamente ciudadano 02

Queremos Ver

Por Heriberto Yepez

Queremos ver quién se dejó comprar. Quién muestra que el arte es un lenguaje crítico y quién es sólo un oportunista y cínico. Y que lo peor de todo es que no lo ve ella o él mismo.

Queremos ver los nombres de quiénes intercambian "apoyo" por espacios, puestos, fondos, elogios, promesas, discrecionalidad.

Queremos ver quién resulta congruente y quién conveniente.

Queremos ver quiénes mantienen su carácter de independientes y quiénes se venden.

Queremos ver quiénes no se han dado cuenta que se puede trabajar con las instituciones, si antes uno ha trabajo consigo mismo, ha ganado méritos fuera de la ciudad y trabajar en ellas significa dar a otros mediante tu trabajo incuestionable.

Queremos ver quién tiene prisa desmedida por exponer, publicar, y creer que eso le dará reconocimiento real.

Quieremos ver quién es tan ingenua o ingenuo que cree en alianzas priistas.

Queremos ver quiénes se sienten "no tomados en cuenta hasta hoy" y a la primera oportunidad aceptan dádivas sin criterios profesionales, avalados por expertos reconocidos, queremos ver quién se venga del "mundo" ayudando al poderoso a engañar a la opinión pública, primero con listas de personas ajenas al arte, mañana con listas de artistas que lo apoyan, aunque haya llegado al poder de manera muy, muy dudosa.

Queremos ver quién se atreve a llamar eso "tener confianza" y no transa.

Queremos ver hasta dónde están dispuestos a utilizar los recursos, puestos, espacios del Centro Cultural Tijuana para conservar un puesto que el consenso de creadores reconocidos dentro y fuera de la ciudad han rechazado por su obvia relación con el poder vertical, el compadrismo y, en general, la pequeña corruptela de décadas pasadas, que hoy quiere regresar.

Queremos ver quién no mide las consecuencias de propagar la pequeña corrupción, heredarla a las generaciones venideras.

Queremos ver cómo deshacen la lenta labor de desarrollo en un breve periodo de tiempo debido a la ambición desmedida de unos cuantos que para llegar al poder y sostenerlo están dispuestos a todo, sobre todo, a comprar conciencias.

Queremos ver, ya, cómo se permite que un poder corrupto se mantenga en el poder.

Queremos verlos actuar. Sabemos que cuando no hay obra real, trayectoria de logros, lo que hay es resentimiento y, por lo tanto, alianza de toma y daca, fotito juntos, yo te apoyo, tú me apoyas, de la noche a la mañana nos queremos mucho, miren, ¡por fin el Sr. Poder me quiere! ¡Mira, me dio esto, prometió tomarme en cuenta!

Queremos ver cómo aplastan criterios de competencia leal y optan por la continuación de lo mismo, de lo peor, del damage control, de las tortas priistas, queremos ver, cómo atropellan la transparencia.

Nuestra labor como creadores es educar. Entregar a las nuevas generaciones nuestro conocimiento adquirido, para que el arte innovador y crítico aumente, siga. Queremos ver cómo lo olvidan y, por lo tanto, propagan la ignorancia y repiten el pasado.

Sabemos que va a ocurrir y será una gran lección.

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Como si la máquina dramática se hubiera accionado, recibí por correo electrónico (¿o del cielo?), "la carta" que será publicada en apoyo a la designación de Virgilio Muñoz (papá del exsecretario de Felipe Calderón Hinojosa) como director del CECUT. Así que, como lo escribió el filósofo Heriberto Yépez, en las próximas horas podremos "ver".

Aquí el cuerpo de la carta:


Por un CECUT renovado

Mtra. Consuelo Sáizar Guerrero

Pdta. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes

A la Comunidad Cultural de Tijuana

A los medios de comunicación

A la opinión pública

Los aquí firmantes, trabajadores y activistas de la cultura tijuanense, deseamos fijar nuestra postura acerca del proceso de transición que experimenta el Centro Cultural Tijuana (CECUT). La mayoría de nuestros proyectos son de índole independiente y contribuyen a forjar el calendario cultural anual de nuestra ciudad. Por eso nos interesa la marcha de las instituciones gubernamentales de cultura, como contraparte a la energía ciudadana que caracteriza a Tijuana.

1. Respaldamos la designación del nuevo director del Centro Cultural Tijuana, Virgilio Muñoz, tijuanense con arraigo y décadas de trabajo en el ámbito educativo y cultural en nuestra región. El proceso seguido para la designación, iniciado a principios del mes de abril pasado, incluyó propuestas de parte de la comunidad cultural, lo que aportó argumentos a la decisión de la presidencia del Conaculta y le restó unilateralidad, a esa facultad ejecutiva.

2. Son válidas e importantes las manifestaciones de sectores universitarios sobre el destino del CECUT; enriquecen la vida cultural de la ciudad. Confiamos que su participación no se limite a coyunturas como ésta y aporten su reflexión crítica en forma permanente. La intervención de personalidades culturales foráneas expresa compromiso y buena fe, vínculo con la cultura fronteriza. Todos ellos han sido aliados invariables de la cultura tijuanense y es explicable su aprensión, desde su lejanía y desinformación de lo que sucede en Tijuana.

3. Las primeras declaraciones del director del CECUT, Virgilio Muñoz son relevantes en el sentido de propiciar una apertura que incluya a todos los sectores. Tomamos nota de su esfuerzo por establecer un diálogo con la comunidad y fomentar los foros públicos para la discusión del proyecto de la institución. Entre otras urgencias advertimos: presentar un programa de trabajo, ampliar el registro de escritores, incorporar artistas visuales a la cartelera mensual, abrir la puerta a jóvenes rockeros y otros géneros musicales, establecer foros de reflexión sobre nuestra cultura e interactuar con proyectos, espacios independientes y festivales locales. La cultura binacional asimismo es una fuente de intensidad y recreación cultural. La ubicación estratégica de Tijuana debe ser aprovechada como cruce de culturas y detonante de proyectos artísticos. Asimismo, el Centro Cultural Tijuana debe realizar un esfuerzo para ser un puente con otras dependencias del orden federal (Fototeca, Festival Cervantino, Centro de la Imagen, INBA, Vinculación Cultural) y atraer parte de la vasta oferta cultural nacional a nuestra ciudad.

4. Urge impulsar un pacto entre la comunidad cultural y el CECUT, para potenciar lo que se realiza habitualmente en proyectos, espacios independientes, colectivos, festivales y en el activismo cultural binacional. El inicio de esta gestión en el CECUT puede ser el momento de adaptar nuevos esquemas operativos y decisiones no tomadas antaño. Eficacia antes que trama burocrática. Diálogo y proyecto de gestión consensado. Decisiones efectivas para atenuar la centralización cultural. La nueva directiva del CECUT debe fortalecer su equipo, contar con un presupuesto adecuado y cauces de comunicación con creadores y promotores. En el cambio, las instituciones se superan y combaten las inercias. Es la oportunidad de contar con un CECUT renovado y al servicio de la enérgica y trepidante cultura tijuanense.

ATENTAMENTE
POR LA COMUNIDAD CULTURAL DE TIJUANA

Proyectos Culturales, Colectivos, Festivales, Espacios Independientes, Grupos Musicales y Dancísticos, Activistas, Artistas y Promotores Independientes

A los interesados en el tema que no hayan visto la Entrevista de Virgilio Muñoz –a quién apoyarán los que firmen la contracarta–, van de nuevo las palabras del hombre que no trabaja en mundos pequeños:

La amenaza

Cuando el Estado amenza –light, subterráneo, de frente o con mensajes de sangre y humo– es que las ventanas del palacio revientan por la labor, presencia pública o circunstancia política o creativa del amanezado. Un Gobierno Usurpador no cuenta con el aval del pueblo, y ante la incapacidad para generar acuerdos, su único método de gobierno es la coerción: el espionaje y el amedrentamiento (real y simbólico). La delgada barrera entre la amenaza y la acción es lo que separa a un gobierno de ser "ilegítimo" o "torturador". Un estado coercitivo muestra el colmillo para anular al amenazado a través del miedo, le hace sentir al adversario que su vida corre peligro: –O te calmas o te corto el cuello–. Las señales que rondan los espacios mediáticos (el azar no azaroso) indica que el cuerpo de la Usurpación está en terapia intensiva, y el Estado Coercitivo intentará cualquier cosa para mentenerse vivo.

Estamos en el límite.

Contra-comunicado:

Si el arma primordial del terrorismo es sembrar el terror –como lo ha venido haciendo La República de la Televisión– entonces ¿quiénes son los terroristas? Comunicadores, oficinistas y actores al servicio del espectáculo: "Saben lo que están haciendo, y sin embargo, lo están haciendo".

La tortura psicológica también es tortura.

Triunfaremos.

La Resistencia

Contra(comunicado):

Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.

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