lunes, junio 22, 2009

CECUT: Estrictamente ciudadano 17

El Caso CECUT y el discurso cínico frustrado

Por Alfredo González Reynoso

Preludio teórico: Fenomenología del cinismo

Algunos importantes pensadores contemporáneos —Sloterdijk (Crítica de la razón cínica), Žižek (El sublime objeto de la ideología), et al.— han observado un giro crucial en la manera en que las sociedades actuales y los discursos oficiales funcionan. Donde otrora había una máscara —según dicen—, ahora hay descarado cinismo. Es decir que lo que antes el discurso oficial ocultaba, ahora lo asume como propio, y esto, más que perjudicarlo, ¡lo vuelve más eficaz!, pues toda crítica de la sociedad queda anulada: no “desenmascara” nada.

Así pues, el proceso de identificación en el cínico es intencional, premeditado. Por ejemplo, si a “X” persona cínica se le acusa de ser “Y” —para explicarlo un poco burdamente—, ella se asume entonces como “Y” —no se “enmascara”, por así decirlo, una “X” falsa— para que la crítica no le afecte: anula, pues, el pólemos y reafirma el status quo. He ahí el secreto del giro cínico. Esto pasa, entonces, cuando la crítica social dirigida a la vieja “máscara” del discurso oficial, después de décadas y siglos enteros de existir, no se adapta al giro cínico “desenmascarado”.

La indignación: El discurso cínico de Virgilio Muñoz

No hay que revisar mucho las declaraciones del nuevo director del CECUT, Virgilio Muñoz, para observar el cinismo en su discurso. Así entonces, cuando Virgilio Muñoz —esta persona “X”, para seguir con nuestra fórmula— recibió una fuerte crítica de la comunidad tijuanense y nacional —se le acusó, pues, de ser “Y”—, el señor no refutó estas ideas, ni siquiera como falsa máscara —como falsa “X”—, sino las reafirmó —se asumió como “Y”.

Pero, y a todo esto, ¿qué significa aquí “Y”? “Y” significa que “[su] trayectoria no cumple con el perfil indispensable en esta área específica de la cultura” (en Carta Abierta a CONACULTA). Véanse sus declaraciones en Frontera, El Mexicano y Tijuaneo para observar que aquí coincidimos —dice, por ejemplo, en Tijuaneo: “evidentemente personas que dirijan este Centro Cultural hay muchas, calificadas y sin duda con aptitudes”.

“Y” significa que “[no] cuenta con la presencia activa o el conocimiento de la comunidad cultural y de los creadores artísticos de la región” (en Carta…). Hay que recordar aquí su “yo no trabajo en munditos pequeños […], que le quede claro” y su “me quieren impresionar con una casa de la colonia aquí a quince minutos” (en Frontera) —ambas declaraciones en referencia al arte local— para confirmarlo.

“Y” significa que descalifica a quienes lo critican. Y viene aquí su “antes que artistas, yo creo que estudiantes, ¿no?” (en Frontera) —declaración que, por cierto, revela más sobre cómo él entiende al estudiante (quizá desde su propia experiencia como tal) que de lo que podría revelar del estudiante o de los firmantes mismos— y su “el mundo pequeño es el que refiero como el de la mezquindad” (en El Mexicano, en referencia a las críticas recibidas).

“Y” significa que su presencia como director pone en detrimento los proyectos artísticos de la institución. Y 3 semanas después comienza a despedir a empleados (cf. “Despiden a gerentes y trabajadores del CECUT”, en la-ch.com) —sin contar las renuncias voluntarias—, desmantelando varios equipos de trabajo del CECUT.

“Y” significa que el Sr. Muñoz busca con su puesto más poder político. Y después nos enteramos de que Víctor Magdaleno —asistente de campaña del candidato a diputado del PAN, Gastón Luken— es ahora —también— Gerente de Difusión y Comercialización de la institución (véase la carta de Claudia Sandoval al CECUT).

En fin. Cada acusación, una por una, ha venido a reafirmarse cínicamente en su discurso y en sus acciones.

La actitud del Sr. Muñoz, por cierto, se repite en quienes lo defienden. Así, el menosprecio al oponente que muestra el nuevo director del CECUT tiene eco, por ejemplo, en la carta que apoya la designación cuando hablan de “las manifestaciones de sectores universitarios” —si no es para minusvalorar, ¿porqué entonces nombrar como “universitarios” o “estudiantes” a muchos grandes artistas y escritores firmantes que, en su mayoría, también se dedican a la docencia?

Tiene eco, también, en otras declaraciones, como cuando Jaime Cháidez Bonilla dice que "en el fondo" la petición de los firmantes de la Carta abierta a CONACULTA es resultado de "la furia encendida de una Cabeza de Medusa, y un conjunto de inercias que se encontraban felices con la bonhomía económica [sic] de la administración anterior" (en suplemento Identidad de El Mexicano), acompañando su declaración con una imagen de La cabeza de Medusa, de Caravaggio —si eso no es para caricaturizar al oponente ¿entonces para qué esta burlesca conclusión?

Paréntesis teórico: La apelación reflexiva en el discurso cínico

Ya se habló de cómo se ha entendido el funcionamiento del giro cínico en el discurso oficial. Sin embargo, en la teoría no se ha puesto el énfasis necesario en algo crucial de este funcionamiento: el carácter reflexivo del discurso cínico. El discurso oficial necesita que quienes lo critican —llamémoslos “Z”, para fines explicativos— entren a su juego para que sea efectivo el giro cínico. Es decir —póngase aquí especial atención—, cuando “Z” acusa a “X” de ser “Y”, entonces “X” —como ya se dijo— se asume como “Y” porque apela a un cambio de actitud en “Z”. Si, por su parte, “Z” asume esta “apelación” —Althusser dixit— su crítica al discurso oficial deviene apatía. Frente a un discurso “desenmascarado”, la crítica de “Z” se refleja —regresa, como un espejo, a “Z”— infecunda.

Lo inusitado: La crítica que insiste y el contra-cinismo

En el llamado “Caso CECUT” sucedió lo inesperado: se frustró el funcionamiento del discurso cínico. La comunidad cultural no “entró en el juego”, no asumió la “apelación” del discurso cínico, impidiendo que la fórmula se hiciera eficaz. Incluso pasó algo aún más singular: la comunidad se identificó con las declaraciones de Virgilio Muñoz cuando después de recibir el epíteto de “munditos pequeños” surgieron camisetas con la leyenda: “Todos somos un mundo pequeño”. Así, se estableció lo que se podría llamar —por lo mencionado al principio— un “contra-cinismo” que reafirmó su crítica al discurso oficial (cínico). Lejos, pues, estamos de “olvidar el tema”, de “dejarlo por la paz”. El Caso CECUT seguirá vivo como tal hasta que se resuelva.

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Contra(comunicado):

Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.

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