Jesús Ibañez
La crisis económica que nos devasta aumentará las tensiones, la inseguridad y la violencia. La estrategia del poder no será aminorar los efectos de la crisis, sino profundizarlos y reducir a la población a la inmediatez. La devaluación del peso pretende la devaluación de la protesta y ser el switch que apague la movilización de las fuerzas que rechazan al neoliberalismo rampante, la dictadura informativa y el monopolio de los 30. El gobierno usurpador pretende sostenerse en la silla sobre la miseria, la ruptura y la desmoralización de millones de mexicanos. Es un gobierno inhumano. Después de incendiar el país con el miedo y la propaganda fascistoide, de militarizar el escenario público y criminalizar la protesta, la apuesta para el 2009 será la (re)presión económica.
El gobierno usurpador pretende concentrar en el campo de la crisis a los morosos, a los que deben el aire, y a los trabajadores que apenas ganan para satisfacer las necesidades básicas de la vida, empujarlos al precipicio dentro del precipicio. La crisis es una táctica coercitiva; un, "para que aprendan a respetar al gobierno" que los truena y los patea en el suelo, que los aplasta, los envenena con deudas y encarcela con un plan frustrado de vida. La sociedad moderna está basada en la proyeccción del futuro –lo que habita en el quisiera ser– y al ver el futuro roto prácticamente nada en la orfandad. El 2009 traerá los ecos del caballaje que nos antecede, como país, como sociedad y como territorio invadido, vencido y saqueado, una y otra vez por los monárquicos de siempre y sus múltiples máscaras, pieles, vestuarios y traiciones.
Por la dignidad y el respeto humano, la libertad.
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