Así lo narró El Universal:
"Con los conductores estelares del Canal de las Estrellas, con enlaces especiales y grupos de pop, ayer el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, inauguró la pista de hielo más grande del mundo. Por más de una hora presumió el gran escenario invernal, con alumbrado navideño, donde un árbol de más de 50 metros de altura adornado con cientos de luces multicolores y un tobogán de “nieve natural” arrancaron los suspiros de cientos de personas que se dieron cita en el Zócalo de la ciudad de México. Entre las imitaciones de La fea más bella, los brincos de Tatiana y las caras pintadas de Los Payasónicos, Ebrard Casaubón no se cansó de promover su programa Invierno en la capital. Una y otra vez informaba a través de un micrófono que nunca soltó, que la diversión sería gratuita “para todos los capitalinos que no van a salir de vacaciones”.
"Y aunque algunos se preguntaron que si Marcelo Ebrard iba a patinar, no hubo tal acto. De la mano de su esposa Mariagna Pratts, caminó por una alfombra roja hasta el centro de la pista a donde los cuatro patinadores que becó el GDF le llevaron el listón de inauguración, pero no lo pudo desatar hasta un segundo jalón. Al regresar a la orilla de la pista, Ernesto Laguardia y Galilea Montijo lo adulaban. “¡Qué maravilla Marcelo!, “¡Qué espectáculo!”, “Gracias por regalarnos esta noche”. Ya confiado frente al micrófono, el perredista deseó “Feliz Navidad y lo mejor de todo corazón para ustedes y su familia”, mientras que a su esposa sólo la dejaron decir: “Que Dios los bendiga, ¡ánimo!”
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Marcelo Ebrard camina como replicante, grazna como replicante y vuela como replicante porque "el carnal" Marcelo es un replicante. Lo que sigue, que Ebrard sea el rostro de las cápsulas del miedo, "levante miras" y comparta cuadro con los demócratas Ernesto Laguardia, Gloria Trevi y Galilea Montijo.
El show (no) debe continuar.
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