viernes, junio 20, 2008

El genocidio

Tzvetan Todorov. La conquista de América. El problema del otro.

"Sin entrar en detalles, y para dar sólo una idea general, diremos que en el año de 1500 la población global debía ser de unos 400 millones, de los cuales 80 estaban en las Américas. A mediados del siglo XVI, de esos 8o millones quedan 10. O si nos limitamos a México: en vísperas de la conquista, su población es de unos 25 millones; en el año de 1600, es de un millón. Si alguna vez se ha aplicado con precisión a un caso la palabra genocidio, es a éste. Me parece que es un récord, no sólo en términos relativos (una destrucción del orden de 90% y más), sino también absolutos, puesto que hablamos de una disminución de la población estimada en 70 millones de seres humanos. Ninguna de las grandes matanzas del siglo XX puede compararse con esta hecatombe."

"Se entiende hasta qué punto son vanos los esfuerzos de ciertos autores para desacreditar lo que se llama la "leyenda negra", que establece la responsabilidad de España en este genocidio y empaña así su reputación. Lo negro está ahí, aunque no haya leyenda. No es que los españoles sean peores que otros colonizadores: ocurre simplemente que fueron ellos los que entonces ocuparon América, y que ningún otro colonizador tuvo la oportunidad, ni antes ni después, de hacer morir a tante gente al mismo tiempo."
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La conquista fue la historia de la "carne quemada". La disputa por el petróleo, en el fondo, es la disputa por el territorio despoblado de la memoria. La lección de los campos de exterminio nazi (pensaban los humanos del siglo XX), sería la experiencia atroz que, superada, abriría la posibilidad a una sociedad más justa y más humana. Fracasamos. La historia se repite, y el espíritu de nuestros tiempos debe ser "el fin del ciclo" del dominio de los hombres como Cortés y Alvarado (o la mente que creó los "personajes" Cortés y Alvarado). No podemos permitir que se repita hoy, lo que ya sucedió mañana.

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Contra(comunicado):

Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.

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