Si hubiera un concurso para seleccionar al mexicano más mentiroso, Germán Martínez, presidente nacional del PAN, lo ganaría. De ahí pasaría al concurso mundial y perdería con su patrón: George W. Bush. El futuro campeón nacional de la mentira tiene un curriculum contundente: mintió a boca suelta durante la campaña electoral del 2006. Era parte de la estrategia de campaña: "Difama, que algo queda". Germán Göring Martínez mintió cuando dijo que el ganador de las elecciones presidenciales fue Felipe Calde-rón Hinojosa. Actuó la euforia de un triunfo inexistente. Mintió cuando dijo que el proceso electoral fue limpio y equitativo. Y siguió acumulando raiting como Secretario de la Función Pública.
Ante el periodista Álvaro Delgado, dijo:
--¡Metería las manos al fuego por Vicente Fox!
--¿Y por su mujer?
--Yo sólo meto las manos al fuego por la honestidad de Vicente Fox Quesada.
Aumentó el kilometraje de la mentira cuando en defensa de su amigo, expresó: “Juan Camilo Mouriño es una muestra de la nueva clase política que está construyendo el país, una buena muestra de profesionalismo, de decencia pública y capacidad. ¡Eso representa Juan Camilo!" En el debate petrolero, ha mentido varias veces: el petróleo "no es Dios", "el nacionalismo está pasado de moda", "México necesita Inversión Privada en PEMEX" y la última: "la verdadera consulta está en el debate que actualmente se lleva a cabo en el Senado". Germán Martínez es el campeón nacional de la mentira.
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