Astillero
Ha llegado el momento de los miserables en el canino reloj calderonista que tan bravo anda que hasta a los de la casa empresarial amenaza con morder en términos de recaudación fiscal reformada. "Es hora de pagar la deuda social", ha dicho San Felipe de Michoacán en Morelia, casi a punto de instaurar como lema de gobierno una versión ligeramente adaptada de su lopezobradorismo íntimo: Por el retén de todos, primero los pobres (ricos). Entre estruendos de fuego militar, policial y de narcotraficantes, atiborradas las pautas de los medios electrónicos con la propaganda oficial que habla de Foxilandia II, el fiscal constitucional de la República Armada ha asegurado que "no puede ni debe haber oídos sordos al México que ha quedado marginado y abandonado". ¿Eh? ¿Perdón, qué dijo?
Felipe justiciero que ha montado un circo de varias pistas para que el respetable público vea cómo todo cambia para que no cambie nada. Beneficiario electoral de los gobernadores preciosos, que pusieron todo el peso de su mapachería institucional al servicio de la candidatura panista desfondada, Calderón pretende demostrar que no tiene compromisos con Ulises Ruiz y Mario Marín, a quienes ha dado respiración artificial y cuyas zaleas políticas serán usadas ahora para presionar al PRI congresal para que apoye las reformas anheladas por el foxismo-felipismo, como la fiscal, a cuya cuenta ya se dio, además, la gubernatura de Yucatán (otra maniobra de refacturación política se dio en el tema de la ley Televisa, a la que se le dio pa'tras, papi, para que Felipe Primero, no perdón, 0.56, pues ni siquiera llegó al uno por ciento, pueda renegociar favores a quienes ya se sentían dueños de lo que ahora F.0.56 les quiere vender de nuevo).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario