viernes, enero 05, 2007

LOS VICIOS

La familia presidencial.
Por: Pablo Gómez.


Ya pasó, pero no debe soslayarse. No es algo fundamental, pero tampoco debe verse como algo natural. Ya nos habían prometido que, al respecto, todo cambiaría y ahora resulta lo contrario.

En ocasión de las fiestas de fin de año, el gobierno federal emitió saludos de Felipe Calderón y, también, de una familia Calderón-Zavala, a cargo de la esposa de aquél. Pero esa familia, ¿qué cosa es?, ¿qué lugar ocupa en la República?, ¿qué relación guarda con el Estado?

Esta es una cuestión de falta de ética republicana y de malas costumbres despóticas. No tiene nada de particular que la esposa del jefe del Estado diga algo, se pronuncie, actúe en la vida política, defienda sus ideas como cualquier otro ciudadano de la República; en una frase: ejerza sus derechos con libertad y sinceridad. Pero este asunto es otro.

El mensaje de la familia Calderón-Zavala se realizó a través de tiempos oficiales que son propiedad de la Federación y deben usarse, consecuentemente, para asuntos oficiales. Pero ¿el mensaje familiar es un asunto oficial?

La ética republicana es algo bastante ajeno a la República en México. Según la Carta Magna, en nuestro país no existe familia presidencial, a diferencia de países como España e Inglaterra donde existen monarquías, bastante anticuadas desde el punto de vista de la democracia, pero con apoyo popular expresado en el contenido de la Constitución. En aquellos países, la esposa del rey es reina, el cónyuge de la reina es príncipe consorte, quien se casa con el heredero es princesa aunque sea “plebeya”, etcétera. En México, la esposa o esposo del jefe o jefa del Estado no es nadie, es decir, es una ciudadana o ciudadano común, lo que en una república es ser todo porque no hay nada por encima de la naturaleza ciudadana: no existen órdenes monárquicas ni títulos nobiliarios. Bueno, eso dice la Constitución mexicana.

La ética republicana señalaría que el patrimonio público no puede ser usado al margen de objetos también públicos, y que los cargos políticos —los de elección o designación— no son transferibles en medida alguna a los cónyuges, hijos, sobrinos y demás miembros de la familia, pues en México no hay familias reconocidas por la ley.

El mensaje de la familia Calderón-Zavala es por entero ilegal, ilegítimo, abusivo, desconsiderado, inmoral y odioso. El pequeño discurso navideño estuvo peor que las actuaciones de la anterior “primera dama”, quien hizo y deshizo pero nunca apareció en un spot de la Presidencia de la República.

No hemos visto cambio alguno en los aspectos importantes, pero ya advertimos que la eliminación de la “primera dama” —promesa de Calderón— tampoco se llevó a cabo sino que se dio un paso más en el esfuerzo de imponer a los mexicanos una familia presidencial, como las familias reales.


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Contra(comunicado):

Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.

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