Al Subcomandante Marcos, el maestro muerto

Sergio Humberto Brown Figueredo

Aunque la guerra contra el pueblo tenga nueve años, y el neoliberalismo le ha dado una chinga al pueblo, nunca he dudado de la visión histórica y compromiso con la liberación de la patria/matria de los guerrilleros mexicanos. Con el sustento de la intuición y el antecedente histórico, pienso que el EZLN es una "muestra" de otra cosa, y sabremos qué es hasta que se derrumbe el sistema neoliberal. Muchos de los urbanitas que llegaron a la Selva Lacandona en los años ochenta fueron maestros universitarios. Expertos en métodos y técnicas. Y del intercambio de ese 'marco teórico' y el encuentro con el cosmos indígena nació el neo-zapatismo. Un batido ideológico inédito que sorprendió al mundo desde lo más pequeño: los del color de la tierra. Ante la debacle del sistema de partidos y la crisis del Estado moderno, la victoria del zapatismo se vislumbra a lo lejos, pero se vislumbra. Nadie como ellos, para dejarle claro a los otros mexicanos desde 1994, el caos que sería la vida de no salir de la trampa del mercado neoliberal-moderno. La máxima arma será la paciencia. Porque cuando todo se destruya, ya habrá un plan, un proyecto vivo que replicar desde las montañas del sureste mexicano.



"Marcos" el finado Subcomandante, quizá fue una pluma, un seudónimo de muchos, tres imágenes o mil palabras. Para mi, la guía del ser comunicólogo: un guerrillero-informacional. Me tronaba con sus comunicados la garganta al descubrirme habitante de un país injusto. Tengo un papel firmado por él que dice: "Que el poder que da el conocimiento, se ponga al servicio de los que no tienen, ni poder, ni conocimiento". Y dediqué muchos de mis días a enseñar. A "Marcos" por decisión colectiva, se le sacrificó como figura, no a lo loco, o como arrebato ante su falta de popularidad en el 'feis' (risas grabadas), se le inmoló porque como profesor/alumno su trabajo estaba hecho. Fin. Se finí. Los líderes sociales y jefes militares del EZLN ya son de Chiapas y la Lacan-dona. Un "foco" iluminando la oscuridad, para recordar al "Che". Y en esa democracia popular sí manda el pueblo. Lograron el máximo impulso revolucionario, hacer realidad lo teórico: el mandar obedeciendo. Yo le debo cantidad de palabras e ideas, a ese ahora Subcomandante muerto. Hasta ayer, primero de mayo, acepté su transición a Galeano. Por un mundo donde quepan muchos mundos. Hasta la victoria siempre.