"Lo que estamos viviendo en México es lo que Antonio Gramsci denominó
revolución pasiva, cuyo resultado no está escrito todavía. Habla el historiador Enrique Semo, que este año recibirá, junto con el investigador y antropólogo Néstor García Canclini, el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía. Ese es el motivo de esta entrevista.
Nos ofrece un sinfín de enseñanzas, siempre y cuando se comprenda que no hay dos circunstancias iguales, que siempre hay diferencias, pero en esencia hay muchas lecciones, y los que no saben tomarlas cometen muchos errores, señala Semo Calev.
El ejemplo específico de ello es que en la historia del país ha habido en tres ocasiones –al final de los siglos XVIII, XIX y XX– un fenómeno muy parecido:
Gramsci lo llamó revolución pasiva, que es cuando una clase gobernante quiere transformar el país para modernizarlo. En ese plan de modernización puede haber muchos aspectos positivos, pero lo quieren hacer sin tomar en cuenta las necesidades, los sueños, la mentalidad del pueblo, incluso despreciando al pueblo. Eso son revoluciones pasivas y en la historia de México hay tres: una se dio con las reformas borbónicas, a finales del siglo XVIII; otra fue 100 años después, en el periodo de Porfirio Díaz."
En La Jornada.
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