"Cuando Wal-Mart plantó pie en México, en 1991, durante el
gobierno del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, el trato desde el
poder público a la empresa fue de privilegio.
No se explica el vertiginoso crecimiento de esa empresa sin el apoyo desde las altas esferas gubernamentales, considera Enrique Bonilla, quien dirige una organización civil que ha buscado hacer conciencia pública del efecto de la firma estadunidense sobre el pequeño y mediano comercio y el mercado de trabajo en la economía mexicana.
En La Jornada.
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