Derrotados

Desconcertados, ardidos, preocupados, los voceros de La República de la Televisión están tirando ya cohetones y mala leche contra la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador, iniciando así lo que será la guerra sucia del 2012. Después del fracaso de la precandidatura mediática de Marcelo Ebrard, los voceros repiten en 'bolita' la línea que les filtró el guionista del poder: –no fue encuesta, fue negociación–. Buscan desacreditar el método que meses atrás –pensando que ganaría Marcelo–, ellos mismos avalaron, y restarle mérito al ejercicio de madurez política que resultó de la selección del candidato presidencial de las izquierdas. Ganó AMLO y ganó perdiendo Marcelo.

Después de sostener cinco años una estrategia de desprestigio en contra de La Resistencia Civil Pacífica, El Gobierno Legítimo y ahora de MORENA, el triunfo del obradorismo en las encuestas de las izquierdas, es la prueba del fracaso de la campaña negra que los 30 se empeñaron en sostener en contra del tabasqueño y sus seguidores en los medios de comunicación a su servicio editorial. Y en términos de la práctica política, lo más importante: la candidatura de AMLO es el triunfo del poder del pueblo sobre el poder del 'medio'. Por eso ahora los amos de los voceros están más nerviosos que los voceros. Su capacidad de manipulación mediática no funcionó para imponer candidato en la izquierda, y es posible que no funcione para imponer a un producto de presidente como Enrique Peña Nieto.

Ha iniciado la segunda batalla por la liberación de México.