La Suprema Cort(a) de Justicia

La Suprema Cort(a) de Justicia está en la más floja de las cuerdas políticas: un jerarca de la Iglesia dijo que, en la aprobación de los matrimonios entre personas del mismo sexo, los Ministros fueron maíz(eados) por Marcelo Ebrard y organismos internacionales. Son las patadas fantasmales de la dolida Iglesia Católica. El juarismo le ganó otro asalto histórico: primero, los mexicanos se podían casar únicamente ante los tribunales de dios, la respuesta laica (del griego λαϊκός, laikós - "alguien del pueblo", de la raíz λαός, laós - "pueblo") fue el Registro Civil: los matrimonios se realizan ante el Estado. Después vino el divorcio (la conclusión legal del contrato) y ahora en el Siglo XXI, el matrimonio entre las personas del mismo sexo.

Un jerarca de la Iglesia, –el contrapoder del Estado laico–, abatido, le dice a los mexicanos: –sus Ministros son unos maíz(eados)–, es decir "al diablo con sus instituciones". Ante la grave afirmación, Marcelo Ebrard contestó con una estrategia jurídica y los Mini(stros) de la Cort(a) con el silencio. Y lo que dijo el cardenal Sandoval Iñiguez es una bomba de racimo: el Poder Judicial no es autónomo, es manipulado por otras fuerzas políticas, y peor aún, por organismos internacionales. Es decir, los Mini(stros) ¿han traicionado a la patria? Y la Corte, en un acto de sospechosismo responde: "lo platicaremos entre nosotros". Si el máximo tribunal no le contesta con una acción jurídica a la Iglesia, abandonará –una vez meas– el poder del Estado, y a quien lo constituye: al pueblo.

¿O qué esconden los Ministros? Qué.