Se acabó

En teoría, el Ejército Mexicano existe para defender a la patria y a su territorio de conspiraciones que atenten contra su soberanía y de invasiones militares (públicas o encubiertas) de Estados extranjeros. En una normalidad democrática, un Gobierno Legítimo, el Secretario de la Defensa debe ser 'leal' al Presidente para mantener la autonomía y la independencia de la República. En un Gobierno Ilegítimo, para mantener el poder, la lealtad entre el Ejecutivo y el Ejército se convierte en 'complicidad'.

Salvador García Soto en la columa Serpientes y Escaleras de El Universal, hace pública una 'versión' que define el estado de la relación entre el Presidente Ilegítimo y 'su' Secretario de la Defensa, Guillermo Galván Galván:

"Según la versión que surge de la propia Sedena, el general secretario tenía listo ya el discurso que pronunciaría el martes 9 de febrero, en el evento que encabezó el presidente Calderón con motivo del aniversario de la entrada al DF de las tropas leales a Francisco I. Madero. Pero de última hora, la noche anterior al evento, al general lo llamaron de la casa presidencial y de la Dirección de Comunicación le entregaron el discurso con la petición directa del Presidente para que leyera ese mensaje. El discurso, leído a pie de juntillas por el titular de la Defensa, cargado de contenido político y llamados apremiantes a los políticos, recibió toda clase de interpretaciones [...] Entre los mismos militares el discurso del general causó extrañeza por su contenido; pero la extrañeza se volvió molestia e indignación al enterarse de la imposición al secretario. El próximo viernes, día del Ejército, viene otro mensaje del titular de la Defensa Nacional. ¿Aflorara algo de esa molestia? ¿Habrá reproche por el maltrato que sienten en los altos círculos castrenses desde el gobierno? ¿Podrá escribir y leer su propio discurso el secretario?"

¿Al Secretario de la Defensa no se le permitió leer el posicionamiento del Ejército que (supuestamente) representa? Es hora de detener el caos. El costo para México es irreparable: ya son más de 17,000 muertos. No debe morir un mexicano más por legitimar un proyecto político espurio como el que encabeza Felipe Calderón Hinojosa. Mientras los opresores viven en castillos, o rodeados de militares, abajo, como siempre, los oprimidos están matando a los oprimidos para que los opresores se mantengan como opresores. Es hora de exigir la paz.