lunes, febrero 22, 2010

Crónica de una derrota anunciada

Jorge Tello Peón, secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional escribió en el Atlas de la seguridad y la defensa de México 2009: "Por primera vez en muchos años se ha perdido control territorial por parte de las estructuras institucionales y, lo que tal vez sea peor, se han perdido también estructuras históricas. Antes por lo menos se sabía quiénes eran los delincuentes". Y continúa Tello Peón la pintura de los poderes invisibles: "hoy queda claro que se teme al delincuente, lo que está en duda es si existe alguna autoridad a la que la delincuencia le tema."

Es la declaración de la autoridad fragmentada. De la incapacidad del Estado para controlar lo incontrolable: la derrota final del neoliberalismo. Lo dicho el 19 de febrero, día del ejército por Guillermo Galván Galván, Secretario de la Defensa, es la declaración de la retirada: "Nadie desea ni es conveniente la prolongación indefinida de la lucha militar contra la delincuencia." Ya ni el 'general Secretario' mantiene en el discurso la pertinencia de una guerra para legitimar (a través de la represión simbólica) un régimen que no fue elegido en las urnas; sino impuesto por un grupo de oligarcas que tienen como principio la destrucción del pueblo: el control total de todos los hombres por 'unos cuantos hombres'.

De la disputa por el control del territorio se trata una guerra: si el Gobierno Usurpador –como lo dice Tello Peón– ya perdió partes del territorio y el control de las estructuras históricas: está perdiendo la guerra. Con el fraude electoral, El Estado Ilegítimo se quedó sin pueblo; la burla televisiva del 0.56 por ciento no fue contra un hombre solo, fue contra la mayoría de los votantes. El régimen televisivo y sus voceros apostaron a la destrucción de la memoria, a sepultar el fraude y perpetuarse en el poder a través de la fuerza militar y la fuerza hertziana: la guerra como acción simbólica de dominación y La República de la televisión como instrumento de control de la libertad y de la crítica.

De ahí la significación de lo que los funcionarios federales están lanzando a la opinión pública. No pudieron ganar La República con la militarización de México y las simulaciones televisivas de Tercer Grado. La clase política está perdiendo lo único que le queda: el poder coercitivo del Estado (la ofensiva militar y la dictadura mediática).

Es la hora precisa para deternerlo todo y reiniciar con hardware y software nuevos.

¿Nacerá la cuarta república del México Moderno?, ¿o la derrota del neoliberalismo será la derrota conceptual de la Modernidad? La duda: ¿para qué intentar construir un piso nuevo sobre un maltrecho edificio moderno? Si la Modernidad está derrotada: ¿nacerá una nueva era? La del cosmos de las mujeres y los hombres verdaderos. La del tiempo donde la humanidad y la naturaleza son una fuerza en equilibrio, y la socialidad un trabajo donde el todo es uno, y uno es el todo: el renacimiento del pueblo del sol.

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Contra(comunicado):

Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.

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