El cínico de cínicos

Así define al "cinismo" el diccionario de la Real Academia Española: "Desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables. Impudencia, obscenidad descarada."

Felipe Calderón Hinojosa es la totalidad cínica: tiene tres años hablándole a los militares que lo rodean de democracia, y se robó la elección presidencial. Habla de honestidad en la función pública y ha saqueado al sector energético y al erario en beneficio de su familia y amigos. Habla del respeto a la ley, y es un delincuente electoral que para legitimar el fraude, inició una guerra y un baño de sangre que ya es genocidio. Habla del "valor" de la cultura para los mexicanos y mantiene en la dirección del Centro Cultural Tijuana a un funcionario público con antecedentes de corrupción y violación a los derechos humanos. Por eso, Felipe Calderón es la totalidad cínica.

En la campaña electoral del 2006, buscando votos y adeptos, Felipe Calderón les dijo a Los Tucanes de Tijuana en Televisa: “Qué pasó mis Tucanes, ¿nos echamos un corrido?” E incongruente como es, ahora busca censurarlos. Eso sí, en la estupidez pública de las campañas políticas panistas, usaron una vez y otra las melodías de los Tucanes para "ganar" votos y mercadear con el electorado. Por eso ayer, Mario Quintero, líder de la banda norteña le mandó decir al más pequeño de los mexicanos: “Entonces ahora que está de presidente no entiendo por qué los está prohibiendo si él (Calderón) nos dijo que le gustaban los corridos… hay como una contradicción ahí”

Hay una contradicción "ahí", y en todas las estructuras de la dictatorial República de la Televisión.