moderno, dialogante y civilizado, que se negó a hacer escándalo en los momentos tácticamente importantes porque confiaba en las vías institucionales de resolución de conflictos, se quedó como el perro de las dos tortas: ni defendió ardorosamente sus posiciones y puntos de vista (aunque anoche preparaba protestas de consolación, testimoniales) ni le dieron los recursos que esperaba para sus gobiernos estatales. Excluido totalmente del jaloneo por el presupuesto de egresos, marginado como nunca, ignorado y maltratado."
Julio Hernández López en La Jornada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario