miércoles, octubre 21, 2009

El pueblo ha muerto: se atragantó con un pequeño impuesto

Guionista, tu criminal historia, "he matado al pueblo con un impuesto", está provocando la debacle de Los Impuestos. Como estrategia del olvido –del falso desfogue–, has mandado a los voceros a que se hagan los ofendidos por los impuestos. Pero guionista, ¡fueron ellos quienes los promovieron!

Al no ejercer el derecho público a la información libre y verídica, La República de la Televisión está engañando a los mexicanos, los dueños reales de las frecuencias hertzianas. Es decir, cuando el Estado licita un bien público a una empresa privada, se debe entender así: el pueblo (por medio de los poderes que lo representan) te renta esa señal para que tu televisora, tu radiodifusora la explote por cincuenta años.

Y como dueños del bien público tenemos derecho a exigir al concesionario que en un tiempo de crisis, cumpla con los compromisos ético periodísticos básicos y cese la propaganda, que termine la simulación.

Es hora de llamar a cumplir la función social del periodismo a las televisoras que explotan nuestras señales electromagnéticas. Es la hora de exigir que termine la propaganda.

En un momento de crisis, el periodismo puede ser el arma de cambio pacífico que necesitamos. Exigimos la verdad, el cuestionamiento y la crítica en los distintos géneros. Si la función social del periodismo se estuviera cumpliendo, desde cuando se hubieran caído Los Impuestos.

Con un día de periodismo libre y crítico en la televisión, cambiaría México. Paradójico: con 24horas de periodismo. No soportarían los televidentes engañados tantas evidencias de nuestra putrefacción, no aguantarían ver la cárcel pública en que ha convertido a la nación el panismo sin pedir la inmediata renuncia del fraudulento presidente.

Con 24 horas de periodismo los televidentes entenderían que Calderón es el cruel retorno de Antonio López de Santa Anna.

Y los voceros los engañaron a todos.

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Contra(comunicado):

Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.

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