Caso CECUT

Así funciona CONACULTA
Por Juan Carlos Reyna

(http://www.juanreyna.blogspot.com/)

Virgilio Muñoz Pérez, recientemente designado director del Centro Cultural Tijuana (CECUT), fue aprehendido en 1994 acusado de cohecho, entre otros delitos. Fue señalado por Víctor Clark Alfaro, director del Centro Binacional de Derechos Humanos, como traficante de personas mientras fungía como delegado regional del Instituto Nacional de Migración (INAMI). Fue puesto en libertad sin juicio,

El informe titulado INAMI: Viejas formas y nuevos métodos de corrupción, fechado el mismo año, detalla:

“Con el Lic. Virgilio Muñoz... agentes de migración cobran cuotas por grupo de polleros de 250 dólares por turno (son tres turnos). El cobro es adicional al pago de 10 mil o 12 mil dólares mensuales por protección y que ahora se le paga a la delegación regional del INAMI.” De acuerdo a las fuentes del CBDH 10 mil dólares diarios entraron al INAMI de enero a junio, el tiempo que duró Muñoz Perez como delegado. Clark Alfaro, hasta la fecha, sostiene esta versión.

Unos trescientos artistas locales, respaldados por artistas y escritores de trayectoria como Daniel Sada y Juan Villoro, exigen su destitución.

El artista visual Marcos Ramírez “Erre” renunció el 12 de junio a montar en dicho espacio una retrospectiva de media carrera. También el fotógrafo y curador Javier Ramírez Limón, organizador la Tierney Fellowship de Nueva York, renunció a sus proyectos con el CECUT. En una carta pública fechada el 8 de junio aseguró estar en “total desacuerdo con las medidas adoptadas por la nueva Dirección, que ha desmantelado al equipo de trabajo... merecedor de toda mi confianza y respeto.”

La presidenta de Conaculta Consuelo Sáizar ha ignorado tres cartas que le han dirigido artistas de prestigio internacional y miembros de la comunidad cultural mexicana. En una de éstas, el ex director del CECUT, Héctor Villanueva, acusa a Sáizar de haber acatado la imposición de Muñoz Pérez, quien es padre del Director de Análisis Político y Medios Internacionales de Felipe Calderón. Villanueva exige también la renuncia de Sáizar, acusando su menosprecio por las protestas.

En esta carta, fechada el 13 de junio, Villanueva le encara: “Usted sabe que fue una imposición inclusive para Usted. Aunque lo niegue... Es una ofensa para Usted, para la comunidad y para el CONACULTA que el Director General del CECUT continúe en su cargo.”

Al solicitársele una entrevista a la presidenta de Conaculta, ésta se negó a darla.

También Teresa Vicencio Álvarez, actual Directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y también exdirectora del CECUT, se negó a que le hiciera preguntas sobre el tema.

Vicencio rechazó mi solicitud luego de que especifiqué que le preguntaría sobre su gestión al frente del CECUT, en especial la relación institucional que sostuvo con el promotor independiente Leobardo Sarabia Quiroz, el apoyo más visible de Muñoz Pérez.

Paloma Ruiz, publirelacionista de Bellas Artes, me dijo que Vicencio ya había declarado todo lo que tenía que declarar respecto al Cecut. Luego de mi insistencia me advirtió que la responsabilidad de la funcionaria en este momento es el INBA, “a lo que está dedicada de tiempo completo”; por lo tanto, hablaría sólo sobre “temas relacionados con su responsabilidad actual.”

Según datos comunicados por funcionarios y ex funcionarios cercanos a la ahora directora del INBA, ésta pagó, como mínimo, 50 mil pesos a Sarabia Quiroz por al menos un proyecto de investigación inexistente. Pero se mencionan otros.

El proyecto nunca fue presentado públicamente. Y resulta paradójico que Vicencio, a través del Centro Cultural Tijuana, haya entregado fondos públicos a Leobardo Sarabia, que ha sido su principal opositor, además de que la comunidad en Tijuana nunca se enteró de esa entrega de dinero y del supuesto proyecto, que el propio Sarabia, en entrevista, admitió no haber terminado. Sí aceptó haber recibido el pago, lo cual evidencia la grave irregularidad y un caso, que podría no ser aislado, de utilización de fondos públicos para arreglos personales fuera de lo institucional.

Sarabia Quiroz dirige el Festival de la Ciudad, un evento que, a pesar de su poca relevancia en el ámbito local, cuenta con un presupuesto de 2 millones de pesos subvencionados, en gran parte, por Conaculta. La administración de estos fondos nunca se han transparentado públicamente, pero en Tijuana muchos artistas y promotores creen que este festival no justifica, en ningún sentido, su presupuesto.

A continuación presento una radiografía de estas 4 figuras de poder de la política cultural mexicana.

1.- Teresa Vicencio Álvarez, Directora del Instituto Nacional de Bellas Artes.

Cuando Vicencio se enteró de que Virgilio Muñoz sería su sucesor, prefirió asumir la dirección del INBA a riesgo de que los proyectos que emprendió en el Cecut se desmantelaran. Todo indica que Villanueva y Vicencio tuvieron una ruptura, una vez que Vicencio dejó a la deriva el Cecut, para irse a su nuevo puesto. A pesar de que se veía venir la designación de Muñoz, Villanueva fue nombrado director interino. Éste asegura que Saizar creía que Muñoz no era la persona adecuada sino “solamente la que tenía influencias”.

“(A pesar) de ser yo la propuesta avalada por Usted para ser nombrado Director del CECUT, en rueda de prensa se manifestó algo diferente... (Muñoz Pérez) seguía empujando fuerte en las oficinas de Los Pinos, había todavía posibilidades de que se eligiera a un Director o Directora por su trayectoria.” Pero Muñoz Pérez termió consiguiendo el nombramiento y Vicencio se desentendió del CECUT y de los proyectos que ella misma había emprendido, como los relacionados al espacio museográfico El Cubo.

¿Cree Vicencio que Ramírez “Erre” se equivoca al renunciar a su exposición de media carrera? ¿O Lucía San Román, curadora del Museo de Arte Contemporáneo de San Diego y de la exhibición inaugural de El Cubo, y quien también firmo la carta que exige la destitución del nuevo director del CECUT?

¿O Álvaro Blancarte, el artista de mayor prestigio en Baja California? ¿Cómo explica que estas personas se opusieron a la designación de Muñoz, respaldados por artistas de trayectoria internacional, como Eduardo Abaroa, Gerardo Montiel Klint o Yoshua Okón?

Entre la gente que sí apoya la designación está el promotor independiente Leobardo Sarabia. Éste, a pesar de haber sido el crítico más constante de Vicencio durante su gestión, aceptó en entrevista, como ya se dijo, haber recibido de la actual directora del INBA el pago de al menos un proyecto que “nunca se concretó”. El pago, sin embargo, sí se concreto. Queda pendiente que Vicencio responda porqué entrega dinero público de esa forma. Incluso ex empleados, que pidieron guardar confidencialidad, revelaron que ese dinero, efectivamente, se dio a pesar de que no había proyecto realizado. Sarabia se arregló directamente con Vicencio, según esta información.

Vicencio trabajó cuatro años para Sarabia cuando éste era director del Instituto Municipal de Arte y Cultura. En la administración de Vicente Fox, Vicencio fue nombrada directora del CECUT. Y se le ratificó cuando Felipe Calderón resultó sucesor. Sarabia, por su parte, militó en la campaña proselitista de Andrés Manuel López Obrador, a pesar de haber trabajado con administraciones panistas y priístas en el pasado. Supuso que López Obrador sería el ganador y él, naturalmente, se convertiría en director del CECUT.

A partir de la ratificación de Vicencio, Sarabia, a través del Foro Cultural Ciudadano (FOCUC), agudizó una campaña de desprestigio contra Vicencio. Una que había comenzado antes de la entrega de dineros que parecería ser un arreglo económico, quizá, finalmente, insuficiente para Sarabia.

Sarabia es acusado por el periodista Fidel González, en una carta dirigida a Conaculta el 29 de abril, de malversación de fondos en todos los cargos públicos que ha ejercido.

Entre los años 2005 y 2006, Vicencio le pagó al menos un proyecto inexistente. ¿Qué proyectos sostuvo Sarabia con el Cecut durante la gestión de la actual directora del INBA? ¿Cuántos fueron? ¿Cuántos montos? ¿Qué conceptos? ¿Porqué no fueron presentados estos proyectos públicamente? ¿Quién daba seguimiento a la resolución de los mismos?

La opacidad de los criterios con que administra la cultura también se evidencia en la designación de la conductora de espectáculos Stasia de la Garza como Coordinadora de Literatura. ¿Es esa la “tijuanización” del INBA de la que escritores como Heriberto Yépez están hablando? Y si no es así, que Vicencio expliqué porqué entregó fondos públicos para fines privados en Tijuana y porqué ahora protege a Sarabia.

2.- Consuelo Saizar, Presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Consuelo Saizar no ha respondido públicamente a la carta firmada por trescientos artistas que piden la destitución de Virgilio Muñoz como director del CECUT. ¿Por qué?
Villanueva, ex director del Cecut, asegura que la designación de Virgilio fue una imposición a Saizar de alguna instancia superior.

Siendo que Saizar asume la absoluta responsabilidad de la designación de Virgilio, ¿cómo explica entonces que entre los cientos de opositores están los artistas de mayor trayectoria en Tijuana y el resto del país? Saizar apenas entró a Conaculta, al no responder a las exigencias de transparencia en el caso Cecut, se hizo de un alto nivel de desprestigio en la frontera. Apenas pise la ciudad, aseguran varios artistas, la esperan sonadas protestas. No se espera que Saizar, durante su gestión, viaje a Tijuana. No estuvo presente siquiera, lo cual es inusual, en la toma de protesta de Virgilio Muñoz.

¿Qué tiene qué suceder para que Consuelo Saizar reconsidere sus decisiones? Si no le parece que tiene que reconsiderar sus decisiones, ¿no es esto ignorar a una parte importante de la ciudadanía? La institucionalidad, es decir, el respeto a los ordenamientos, está siendo devaluada.

Por otra parte, las irregularidades en Cecut no se han hecho esperar. Claudia Sandoval, coordinadora operativa de exposiciones del CECUT, declaró que hay “aviadores” en el Cecut. Sandoval pide, en una carta dirigida el 22 de junio a sus superiores, que se esclarezca la amenaza de huelga de los trabajadores sindicalizados del Cecut, a raíz de la promesa de aumento de sueldo del actual director. Y señala la contratación irregular de personal directivo, así como amenazas de sus jefes directos a raíz de su cercanía personal con varios de los artistas que piden la destitución de Muñoz Perez.

Carmen Cuenca, antes encargada de todo el área de artes visuales del Cecut, declaró al periódico Union Tribune de San Diego, que el gobierno federal había ordenado que ya no se podrían hacer contrataciones. En la nota publicada el 14 de junio aseguraba que era imposible asignar sustitutos. Ex subdirectora como Villanueva, Cuenca es ampliamente respetada por la comunidad artística internacional por su trabajo a la cabeza del proyecto de artes visuales InSIte. Una vez designado Muñoz Pérez, Cuenca también renunció a trabajar con el Cecut.

¿Consuelo Saizar no está informada sobre lo que esta ocurriendo en Tijuana? Y, en caso de estarlo, ¿tiene o no capacidad de respuesta para una protesta de esta magnitud? El mismo Villanueva le exigió que “si no puede o no quiere hacer nada al respecto, renuncie.” ¿Esperará Saizar que su renuncia sea exigida cada vez más, a sabiendas que no piensa velar por los intereses de la ciudadanía sino por los políticos? Todo indica que Saizar espera que el conflicto se apague por sí mismo. Todo indica que esto no ocurrirá.

3.- Leobardo Sarabia, Director del Festival de la Ciudad de Tijuana

En entrevista, Sarabia acusó de “analfabetismo” a quienes piden la destitución de Muñoz Pérez, a quien propuso, a pesar de que el mismo Sarabia, según confesó, “fue mencionado” entre los candidatos.

De acuerdo las mismas fuentes confidenciales, su expediente fue uno de los examinados por Consuelo Saizar, a pesar de que el FOCUC asegura que no. Lo niega también Jaime Chaidez, director de Identidad, suplemento cultural del periódico El Mexicano, espacio de promoción de Muñoz Pérez y centro de ataques contra los escritores y artistas que han criticado los manejos de Vicencio, Muñoz y Saizar.

Sarabia asegura que no trabajaría con Muñoz Pérez o con Vicencio, pues le da “asco” la administración de Calderón, quien “llegó a través de un fraude”. El hecho de haber militado en la campaña de Andrés Manuel López Obrador es su “timbre de orgullo”, a pesar de que durante la administración de Vicente Fox fue Agregado Cultural en San Francisco.

También reconoció que, a pesar de haber criticado “amigablemente” la gestión de Vicencio, recibió de la actual directora del INBA el pago por “un proyecto de investigación que duró unos seis meses pero nunca se concretó... está al noventa por ciento concluido... es un documento de 100 páginas.”

A Sarabia, que es licenciado en Turismo, no se le conoce como investigador. Aseguró que me enviaría una copia del proyecto, pero nunca lo hizo.

¿Porqué no fue presentado este proyecto a la comunidad cultural? ¿No le parece contradictorio que él, al ser un opositor publico a la administración de Vicencio, como el mismo reconoció, trabajara proyectos que nunca se hicieron públicos?

Cuando le pregunté cuánto se le había pagado me contestó: “No sé. Unos cincuenta mil pesos o algo así”.

Y, además, parece ser que el dinero público que le fue entregado por Vicencio no es el único que ha recibido por proyectos ficticios.

Mensualmente se le paga, se asegura, por la producción de un Diccionario Enciclopédico de Baja California, financiado por el Instituto de Cultura del Estado (ICBC), y del cuál no se han publicado avances.

En su carta a Sáizar, el periodista Fidel González le acusa: “Hay que preguntarle al titular del ICBC por qué dio este apoyo a un licenciado en turismo en vez de haber hecho un proyecto bien estructurado con el Instituto de Investigaciones Históricas de la UABC o con la Sociedad de Historia de Tijuana.”

Llegar a arreglos con los directores de instituciones públicas culturales parecería ser la forma habitual de proceder de Sarabia, aprovechando la red de complicidades que ha hecho a través de los años, en intercambio de protección con funcionarios culturales.

Leobardo Sarabia, que se identifica como promotor independiente, es hoy una de las figuras culturales más representativas de una forma corrupta de operar; sin embargo, como operador local de Virgilio Muñoz, se le identifica como uno de los posibles sucesores y/o beneficiados de proyectos en los siguientes años.

Además de ser un promotor que no ha hecho pública la manera que administra los recursos ciudadanos, tiene reputación entre creadores locales de operar a partir de alianzas con sectores gubernamentales e individuos que lo apoyan a cambio de favores mutuos.

4.- Virgilio Muñoz Pérez, Director del Centro Cultural Tijuana

Solicité una entrevista a Virgilio Muñoz la semana del 15 al 19 de junio. Se me postergó indefinidamente asegurándome que el Cecut entraría en contacto conmigo cuando su director “volviera a Tijuana”. Aún no recibo respuesta.

Muñoz Pérez declaró a periódico Frontera el 18 de mayo que quienes firmaron la carta exigiendo su destitución “antes que artistas yo creo que (son) estudiantes ¿no?”. Sumados a los nombres que menciono arriba, están los de Pepe Mogt, fundador del Colectivo Nortec, y Yépez, autor de 17 libros y reciente conferencista en Harvard.

Se oponen a Virgilio Muñoz creadores con trayectoria nacional e internacional: músicos, artistas y escritores que han expuesto y publicado en espacios de prestigio y su obra ha sido analizada y evaluada por la crítica internacional. Todos están en contra de Muñoz y de la forma en que Saizar está ignorando sus peticiones ciudadanas.

A varios académicos reputados de universidades extranjeras, quienes también exigen su destitución, Muñoz los ha llamado “munditos pequeños” y, en otra entrevista al periódico El Mexicano el 28 de mayo, “mezquinos”.

¿Ratifica el director del CECUT estos comentarios? ¿En su juicio cree que no ha cometido ningún error? ¿Le parece normal ignorar este tipo de protestas? ¿Esta actitud ha sido constante durante sus 30 años de experiencia?

El 12 de julio de 1994, Reforma publicó que Virgilio Muñoz Pérez había sido aprehendido acusado de cohecho, usurpación de funciones públicas, uso indebido de atribuciones y peculado, mientras fungía como delegado del INAMI, pero que su libertad, finalmente, la había obtenido “sin el pago de fianza y sin la tramitación de recursos legales.”

Muñoz sí fue destituido por el gobierno federal luego que Víctor Clark Alfaro, director del Centro Binacional de Derechos Humanos, comprobó su participación directa en el tráfico ilegal de inmigrantes chinos a Estados Unidos, como consta su informe anual de 1994. El gobernador panista Héctor Terán Terán, sin embargo, nombró después a Muñoz Pérez Secretario de Educación Pública.

Clark Alfaro aún sostiene las acusaciones. ¿Cree el director del CECUT que el director del Centro Binacional de Derechos Humanos esta mintiendo?

Por otra parte, Muñoz Pérez, una vez en el CECUT, hizo nombramientos después del 1 de junio, fecha en la que es del conocimiento público que no pueden hacerse contrataciones por renuncias o despidos. Entre estos nombramientos está el de Víctor Magdaleno, quien es uno de sus compañeros de proselitismo a favor de Acción Nacional, según acusa Claudia Sandoval en su carta ya citada.

En una de las fotografías de la página de Facebook de la campaña del panista Gastón Luken, ahora diputado del distrito 5, Muñoz Pérez aparece sonriendo junto al ex alcalde Kiko Vega y el mismo Luken. La fotografía lleva por título Mis amigos panistas.

¿Considera normal el eco de protestas que ha causado su designación? ¿Quiénes son los artistas que a su versión son los de mayor reconocimiento en la ciudad? ¿Ha considerado renunciar? ¿Es más importante conservar su puesto que las protestas?