Una carta para Virgilio Muñoz
Mtro. Virgilio Muñoz,
con el afán de dialogar de una manera franca y abierta, me dirijo a usted respetuosamente, para proponerle seis peticiones. Con ninguna de ellas pretendo agredir a su persona, sino sencillamente exponer mis puntos de vista, los cuales hago públicos para que usted responda a ellos de la misma manera. Quiero afirmar que para mí es un requisito indispensable expresar mis opiniones con la mayor claridad y sinceridad, con lo cual doy por sentado que usted ha de cumplir con las mismas condiciones en el diálogo.
Por tratarse de un asunto de índole pública, asumo mi derecho y responsabilidad de ciudadano para expresar mi oposición a la forma en que se desarrolló el proceso que ha concluido con su designación como director del Centro Cultural Tijuana (Cecut), porque considero que se encuentra plagado de contradicciones que lo enturbian profundamente. En parte, la finalidad de esta misiva es hacerle ver a usted, precisamente, los hechos que empañan el proceso aludido y pedirle que actúe anteponiendo los intereses de la comunidad cultural de Tijuana sobre cualesquier otros intereses personales o de grupo.
Primero quiero aclararle que me parece legítimo que un grupo de personas se haya movilizado con usted como su candidato, para promoverlo a la dirección del Cecut. Sin embargo, estará usted de acuerdo en que no es ético que ese grupo adujera razones ciudadanas y principios de consenso que finalmente no estuvieron presentes en el proceso por el que usted ha sido nombrado director (de ahí que se diluya la legitimidad de su designación).
Como señalé en una carta anterior que también hice pública, es muy claro que el Foro Cultural Ciudadano (Focuc) nunca aspiró a “la objetividad de los procesos” (palabras mías), ni a que la designación de usted fuera parte de un proceso “deseable y ejemplar” (palabras del foro) sino que los argumentos esgrimidos fueron sólo “juicios previos no expresados para debatirlos, sino expresados como medios para fines también previos” (palabras mías). Soy sincero al decirle que por estas razones, mi percepción es la siguiente: en el objetivo de llevarlo a usted al puesto, hay un comprometimiento de intereses particulares (no públicos, no ciudadanos) mutuos. De otra manera no me explico que el foro olvide con tanta ligereza los principios aducidos, convirtiendo la actuación actual de dicho grupo (ya que usted ha sido elegido) a la luz de su actuación pasada (mientras lo promovían como candidato), en una actitud francamente cínica.
Por otra parte, los diarios locales dieron cuenta de que en la oficina de la presidencia se cabildeaba para que usted pudiera acceder al cargo. Así que mientras el grupo de presión actuaba en Tijuana, en el DF esa política sin el mínimo interés por la cultura, se movilizaba. Compréndame si manifiesto el descrédito de su designación como director del Cecut al ser producto de esta “batalla” en dos frentes. Lo digo en términos personales pero usted sabe que no soy el único que piensa así. Una carta colectiva que está circulando da cuenta de que más de doscientos artistas, promotores e intelectuales, interesados por lo que ocurra al Cecut coinciden en esta apreciación.
Así las cosas, soy conciente de que la primera petición que le haré es la que usted estimará radical: por favor, renuncie; demuestre así que a usted le interesa el bien del Cecut y que desea favorecer el desarrollo armónico de la cultura regional. Recapacite y dimita al cargo; muestre entereza y dé la oportunidad de reencauzar las aspiraciones legítimas de una comunidad cultural que supera por mucho los diez abajofirmantes.
Por ejemplo, la carta que en apoyo de usted apareció en el periódico Frontera el jueves 14 de mayo, sólo evidencia que los agentes realmente implicados en la actividad cultural (artistas, promotores, intelectuales) no están de su parte. ¿No le parece esto una carencia y un problema grave? En razón de esto, me pregunto y le pregunto: ¿A favor de quiénes trabajará usted y en compañía (apoyo) de quiénes?
Hasta ahí mi primera petición; en previsión de su rechazo, me permito hacerle cinco peticiones más. Pienso que si usted las sopesa y las convierte en acciones, ayudaría a revalorar su designación como director del Cecut y abriría la posibilidad de diálogo entre la comunidad cultural y la administración que usted encabeza.
1. Convoque usted a una sesión pública y abierta que se realice la próxima semana, para que dé a conocer su plan de trabajo y el proyecto que regirá su gestión en los próximos años.
2. Públicamente rompa con el grupo de presión que insiste en “respaldarlo” o en su defecto explique por qué su designación sí cumple con los requisitos de un proceso deseable, ejemplar, de inclusión de la ciudadanía, de superación de compromisos burocráticos, de consenso y suma de voluntades que el foro alegó en nombre de la ciudadanía como una manera de justificar y legitimar la candidatura de usted al puesto que hoy tiene (al foro le corresponde, por su parte, explicar la misma cuestión ¿por qué la designación del Mtro. Muñoz sí cumple con los requisitos que pedían invocando a la ciudadanía?). No obstante, si a usted le parece que la demagogia contradictoria más que censurable es plausible, no se desligue.
3. Siempre de manera pública, comprométase a que durante su gestión como director del Cecut no dará empleo ni directo ni indirecto ni beneficiará con cualquier tipo de privilegio a ninguno de los integrantes del Focuc (a los integrantes de dicho foro les corresponde, en honor a su ética, rechazar públicamente cualquier empleo directo o indirecto o cualquier beneficio dirigido a ellos desde la administración del Cecut encabezada por el Mtro. Muñoz). Sin embargo, si usted cree que los intereses de la institución cultural pública que hoy representa pueden comprometerse y someterse a intereses particulares, no se deslinde; pero si quiere evitar que los hechos sean las evidencias (que no las sospechas) que comprueben la existencia de compromisos previos con grupos y personas específicas, desmárquese ya.
4. Si piensa integrar nuevos miembros a su equipo de trabajo, haga pública la metodología que seguirá para elegirlos y transparente los procesos de selección, sólo así será creíble que aspira a integrar un equipo incluyente.
5. Muéstrese abierto a la crítica y a las opiniones de la ciudadanía interesada. Piense que el Cecut como institución pública es un bien que se debe a los tijuanenses. Sea incluyente, tal como lo ha subrayado en sus declaraciones. Aunque si usted opta por dejar en manos de un solo grupo la decisión sobre planes y proyectos a realizar, no estará escuchando las inquietudes de la comunidad cultural.
Finalmente y a pesar de mis propias opiniones vertidas en esta carta, supondría que usted quiere hacer un buen papel como director del Cecut; diría que desea trabajar a favor de la comunidad y del interés general; me parecería que aspira a conducirse con rectitud en el cargo que ostenta; por eso espero –se lo pido con urgencia y respeto– que responda consecuentemente a mis peticiones, que intuyo como las que otras personas también están haciéndole.
Atentamente
Gustavo Torres
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Crónica del turbio caso CECUT
Por Alfredo González Reynoso
Estudiante de Lengua y Literatura Hispanoamericana (UABC)
http://eloximoronlogico.bl
Primero: la noticia. T. Vicencio, de CECUT a INBA. Barco grande, sin duda, pero… ¡enhorabuena!
Luego: la inconformidad. Se propone a H. M. Villanueva como director en sustitución. Que dedazo. Que poco incluyente. Que le queda grande. Opiniones divididas (Zeta No. 1829). FOCUC propone cuatro alternativas. Mr. Muñoz entre ellos.
¿Qué pasa? La influenza. Un problema real, sin duda, pero… ¡qué distracción!
De repente: la (nueva) designación. Así, pronto, cambio de parecer. V. Muñoz, nuevo director del CECUT. ¿Sus palabras? Tono político. Ambiguo. Poco enterado de su contexto artístico (Zeta No. 1832).
Los rumores: ¡Ya nos la hicieron! Un compadrazgo más (nótese: su hijo, un gabinetista de Nuestro Señor Presidente). Una palanca más.
Enseguida: la réplica. Cartas a C. Sáizar. Opiniones en suplementos. Quejas a CONACULTA. Firman no sólo artistas, intelectuales, de gran talla, de la región. Firman (firmamos), también, estudiantes, enterados (énfasis para Mr. Virgilio), interesados por el devenir cultural. Firman, además, grandes nombres de las letras y artes nacionales, apoyando la creciente oposición tijuanense. (Así, como de pasada, contentos, firman, algunos, otra carta, en apoyo al nuevo director.)
Los objetivos: Transparencia. Argumentos. Diálogo. Consenso. Genuino interés en los procesos públicos culturales.
¿La respuesta? El ninguneo. Así nomás. La cínica indiferencia. En entrevista (véase video en youtube), Mr. Muñoz “argumenta”: que son estudiantes, que no me conocen, que están siendo mal-influidos, que no me subestimen, que yo voy a lo grande, que no me impresionen con pequeñeces.
¿Su currículo profesional? Lic. en Derecho. Mtro. en Educación. Algunos puestos públicos. Algunas colaboraciones en universidades. Algunos libros sobre educación y derecho. Insiste, en los medios, en su Islas Coronado, quizá su libro mejor logrado. Insiste, también, en su Diario 29, quizá su más grande aportación a la cultura. Larga trayectoria, sin duda.
¿Entonces? No es suficiente. El Sr. Grandes Proyectos, pues, no alcanza a llenar las necesidades del Gran Proyecto Cultural Tijuanense. No se haga. No nos hagamos. Se necesita una clara visión. Con amplia consciencia de la situación cultural actual. Se necesitan, pues, méritos reales, muy específicos, para este puesto, también, específico. No ambigüedades. No palabrería politicona. Su actitud, además, deja mucho, muchísimo, que desear.
Nuevos rumores: Que ya se quedó. Que la ley del “me apoyaste, te apoyo”. Que quien no lo apoyó, pa' fuera. Incluso, que se cancelan proyectos en CECUT de quienes no lo apoyan (no nombro por discreción). Una lástima. Esperemos que sólo un rumor.
Lo que queda: insistir. Recordar la discrepancia. Combatir la turbiedad. Rechazar la cínica cerrazón política. Conseguir la transparencia. No más.
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* RADIOgrafía del poder… (y los medios)
Un jovencito desinformado
Por Alejandro Pacheco
* Premio Nacional de Periodismo
¡Ay señor director! ¡Cuán agradecido estoy con usted!. Si viera todo lo que ha pasado después de que leí la entrevista que le concedió a Silvia Chia… para empezar, debo mencionar que fueron sus emotivas palabras las que lograron despertar en mí las ganas de volver a escribir… ¡cómo no enviarle mis bendiciones!
Además, logró unificar a la comunidad cultural de Baja California. Si usted la conociera ¿viera lo difícil que es llegar a un consenso? Y no porque sea un grupo de intolerantes o pendencieros por naturaleza, sino por la diversidad ideológica que la integra, pero ello es preferible a la mansedumbre de quien acepta sin cuestionar. ¿Qué cosa, si no, serían los artistas, creadores, escritores y demás, sin espíritu inquisitivo? ¿Qué bodrio social sería esta comunidad bronca, pero creativa, cuya obra ha puesto a Tijuana en los ojos, oídos y boca de todo el mundo?
¡Oh! disculpe, se me olvidó presentarme. Soy uno de los firmantes en la misiva dirigida a Consuelo Sáizar, su jefa, uno de los “jovencitos –estudiantes en su mayoría- desinformados” como usted nos llama cariñosamente… porque supongo que el calificativo fue emitido con buena voluntad ¿o… fue otra su intención?
Y ya que fue usted quien comenzó a utilizar adjetivos para referirse a nosotros, lo justo es “romper el turrón” para corresponder a tan chabacana actitud así que Don Virgi -me va a perdonar que no pueda tutearlo del todo, por mi condición de jovencito desinformado y estudiantil- le podemos llamar así ¿verdad?
¿Jovencitos? usted me hizo el día, porque a pesar de mis 46 años de edad, efectivamente, por dentro soy joven y ese espíritu inquieto del que le hablaba, me hizo sumarme a una causa perfectamente justificada y un cuestionamiento perenne ante la imposición del centro… como en los viejos tiempos, lo cual confirma nuestras sospechas de que el gobierno anterior y el actual, son una misma cosa…
¿Desinformado? Tiene usted razón. Me abochorna aceptar públicamente que tan sólo leo dos periódicos locales al día, uno nacional, tres noticiarios en TV, dos radiofónicos y el fin de semana, un semanario. Lamentablemente, mi trabajo me impide destinar más tiempo a la información y será por ello que, no he tenido tiempo para leer ninguno de sus multi citados 14 libros (esos que le han servido de argumento para auto justificar su designación como titular del CECUT) de los cuales, según he constatado en documentos, ninguno ha impactado fuertemente la cultura de esta ciudad… mucho menos de este país, como sí lo han sido movimientos generados por esta bola de muchachitos desinformados.
Allí está Nortec (por citar un ejemplo) quienes no sólo se han presentado en Bellas Artes, sino en prácticamente todo el mundo. Algunos integrantes de este colectivo electrónico firman la carta donde se cuestiona no su trayectoria, sino el procedimiento por medio del cual usted asumió la dirección del Centro Cultural más importante del noroeste.
¿Estudiantes? Cierto, Don Virgi, como siempre, atinado en sus comentarios. Varios de nosotros estamos en proceso de adquirir el título de maestría o doctorado, lo cual lo pondría a usted en inferioridad académica, si a las comparaciones nos vamos, pero ese no es el objetivo que usted pretendía ¿cierto? Asumo que trataba usted de exaltar nuestras cualidades como gente que se preocupa por mantenerse al día, a la vanguardia en conocimientos para poder aplicarlos en nuestras diversas profesiones.
¿Que usted ha trabajado como profesor en diversas instituciones nacionales y locales? ¿Viera que muchos de nosotros hasta en universidades extranjeras…?
Lo que francamente me pareció sobresaliente, es eso de que usted no es “la única alternativa, hay mejores soluciones…”
¡Ay, Don Virgi! Hasta me ruboricé con ese lapsus de honestidad, que es poco frecuente en los políticos, porque con ello se echa por tierra el mito de que usted es intolerante, poco afecto al diálogo y que no tiene ninguna coincidencia con la comunidad cultural de Baja California. ¿Lo ven, muchachitos? Ya encontramos un punto en el que ambas partes tenemos la misma opinión.
Pero seguramente es la jefa la que no va a querer dar su brazo a torcer ¿verdad? Qué le hace, Don Virgi, si entre todos esgrimimos el mismo argumento, es posible que ella comprenda, pues ya se ha visto lo que sucede con los gobiernos totalitarios, pero éste no lo es ¿o sí? Como bien decía el Presidente Juárez “La historia es el juez más severo”.
Dice usted que nunca ha dejado de estar en contacto “con intelectuales de importancia en la región y en el país” (y habría que agregar que con el Sr. Felipe Calderón, a quien usted oculta humildemente en sus comentarios, a pesar de que su hijo trabaja directamente con él). Debe ser cierto, pero llama la atención que –en contraste- usted solamente ha “ido donde la gran mayoría no ha ido… y me quieren impresionar con una casa de la colonia aquí a quince minutos”.
¡Ay, ay, ay! Don Virgi, si no fuera porque usted es el flamante Director del Centro Cultural Tijuana, ícono de la cultura local y regional, pensaría que tan desafortunada frase habría sido expresada por una persona déspota (como lo afirman muchos de sus ex alumnos) alguien desinformado –ese sí- del quehacer cultural local, quien obviamente no tiene ni la menor idea de quiénes integran este caldero social donde hierven las ideas y que utiliza cualquier espacio para manifestarlas. ¿Y eso le parece poco?
Cómo defenderlo, Don Virgi, si al final de la nota usted termina advirtiendo que “Yo no trabajo en munditos pequeños, no trabajo en mundos pequeños, que le quede claro”.
¿Debemos interpretar que Tijuana le queda chico? ¿Que solamente merecen reconocimiento los intelectuales que usted conoce? ¿Nos puede dar nombres, siquiera para saber quiénes serán nuestros “guías” culturales? ¿Qué todo esfuerzo local no tendrá apoyo? ¿Qué solamente se difundirán sus libros, se apoyará a sus amigos y se auto homenajeará, como funcionario de un Estado totalitario?
¡Ay, mi estimado Virgi! Te voy a tutear, de plano, porque si hay algún desinformado que debiera actualizarse urgentemente, eres tú, muchachito…
3 comentarios:
Huracán,
Hace falta dejar el copy paste y usar la letra propia. Toda esta crítica a VM es desarticulada con el argumento de ser "sólo unos cuantos". Las voces se deben multiplicar.
Considero a la internet un medio abierto donde cada quién dice y hace lo que quiere decir y hacer. Si la crítica te parece desarticulada, a nosotros no. Si tienes una dirección donde expongas (o se expongan) los puntos a favor de Virgilio, te invito a compartirlo con los visitantes de medios y política en México.
Por desarticulada trato de decir que los "apoyadores" de VM (y no soy de esos) le dicen: sólo son unas cuantas voces. Se necesitan más.
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