"El costosísimo viaje que hizo Felipe Calderón acompañado de una enorme comitiva a Davos (Suiza) en días pasados para asistir al Foro Económico Mundial, la cumbre anual de empresarios y gobernantes neoliberales, no fue para hacer valer los derechos de los pueblos latinoamericanos ante los grandes poderes económicos, ni mucho menos para contrarrestar la imagen de un México en proceso de pakistanización, a la que él mismo ha contribuido con su simulación de guerra contra el narcopoder y el clima de violencia que instauró durante varios meses, sino para presentar a nuestro país como un verdadero protectorado de Estados Unidos en el que las inversiones privadas son bienvenidas en todos los ámbitos, incluso el petrolero, a sabiendas de que esto es mentira.
Las secuelas del sketch, de dudoso gusto, representado el jueves 29 de enero por Ernesto Zedillo y Felipe Calderón en Davos, están resultando, sin embargo, negativas para ambos protagonistas y para el proyecto de reconversión del Estado en México, pues lejos de alcanzar el efecto buscado de mostrar la identidad neoliberal de los dirigentes priístas y panistas y su colaboración en el intento de imponer el proyecto monetarista a México, lograron evidenciar una vez más que Calderón no es otra cosa que “un patiño” de los priístas que lo mantienen en Los Pinos, y que “la alternancia” no fue más que una simulación."
Luis Javier Garrido
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