Felipe Calderón Hinojosa en La República de la Televisión –con motivo del segundo aniversario del latrocinio–.
La entrevista del mandatario de papel con Joaquín López Dóriga –que intentó ser "a modo"– resultó un fracaso comunicativo que sintetizó los dos años errabundos de la imposición presidencial. Felipe Calderón fue lobo y cordero de sí mismo. El pelele de los 30 se perdía en las ramas discursivas, se quedaba colgado en las palabras; se arrinconaba y se reía de nervios. Estaba perdido en el aire de sus mentiras. Nadie mejor que él lo sabe: es un fraude.
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