El arte como pornografía de lo social, la idea actúa y condiciona a priori a la cosa. Somos lo que elegimos y lo que no elegimos, algo acorde que no refiere a nuestra construcción de hombres. No importa que tan degradante sea o no esta condición, la necesitamos para contar cuentos, rayar libros, representar. Saber estar dentro de la condición ideal del ejercicio social y salir de él.
Bailando en la cuerda liquida y superflua de la vida moderna.
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