Ya dentro del edificio, convertido en una hermética guarida, el expresidente de México y copresidente de la Organización Demócrata de Centro (ODC), que agrupa a los partidos derechistas del mundo, trató de escabullirse de los periodistas.
--¿Puede responder dos preguntas?
--¡No!
--¿Tiene algún mensaje a los deudos de Morelia?
--¡No! Buenas noches, buenas noches, muy buenas noches, muy buenas noches, buenas noches.
--¿Ni un mensaje al pueblo de México, señor?
Fox, otra vez, guardó silencio y esquivó la mirada y las preguntas sobre la violencia del crimen que padece el país.
--¿Esta es su herencia?
El rostro de Fox se endureció mientras se cerraban las puertas del elevador.
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