martes, diciembre 11, 2007

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PIENSO, LUEGO EXISTO>

"Descartes se da cuenta que puede dudar acerca de lo aprendido por los sentidos, también por lo aprendido a través de la razón a partir de la hipótesis del genio maligno, pero de lo que no puede dudar es de que piensa, es decir, que uno tiene pensamientos, ya que el mismo hecho de dudar implica tener que pensar, y es a partir de esto que establece él Cógito como principio indubitable en su célebre expresión: Cógito, ergo sum (pienso, luego soy). Una vez establecida esta verdad indubitable la duda metódica desaparece. Descartes a través del Cógito establece como indubitable solo que él es una substancia pensante, es decir alguien que tiene pensamientos sin saber totalmente quien es, ya que el ser corporal, aquel que percibe a través de los sentidos sigue estando en el terreno de la duda.

Por ello no podría haber dicho camino, luego existo o respiro, luego existo. Esta verdad indubitable, Pienso, luego existo es un principio que sale airoso del método que usa Descartes, ya que si intentamos asociar este principio con la duda en relación a los sentidos, no tendría sentido, ya que el pensamiento no lo percibimos, tampoco tendría sentido aplicar la duda en base al mundo de la vigilia o de los sueños, ya que despierto o dormidos se hace evidente que tenemos pensamientos, lo mismo sucede con la hipótesis del genio maligno, ya que éste nos podría hacer dudar acerca de la veracidad de los objetos de mis pensamientos, pero nunca hacerme dudar que tengo pensamientos.


Como anteriormente habíamos explicado, la proposición Cógito, ergo sum es el fruto de una intuición, ya que según Descartes, no es necesario realizar un razonamiento complejo para darnos cuenta que tenemos pensamientos, que existimos como sujetos pensantes."

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Contra(comunicado):

Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.

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