El gobierno mexicano redujo los precios del petróleo "exclusivamente" a los compradores estadounidenses, y ahora defiende con picahielo el aumento de 5.5 por ciento al precio de las gasolinas, que, precisamente, les compramos a las mismos compañías petroleras a los que se les hizo la rebaja. ¿No es esto una paradoja?
Y en este culebrón ¿quién gana y quién pierde? Ganan los estadounidenses, que ante una eventual crisis económica, abren un boquete de ingresos y oxígeno energético, gracias al sacrificio de la economía y la estabilidad social de los mexicanos. La gasolina la compramos cara, la banca pertenece a españoles e ingleses, y la seguridad, está en manos de policías estadounidenses. ¿Alguna duda sobre quienes son los responsables del fraude electoral en México?
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