lunes, julio 30, 2007

Nueva Izquierda, o la facción de burócratas perredistas dirigida por Jesús Zambrano y Jesús Ortega, --según detalla hoy en la columna Astillero--, Julio Hernández López, "Los chuchos" le aprendieron las mañas a Felipe Calderón para "ganar elecciones", y con mañas de mapache siniestro, obtener "mayorías".

Fraudulentos atraen fraudulentos. Son imanes históricos.

Astillero

Julio Hernández López

Victoria de fotografía

El coordinador general de Nueva Izquierda, Jesús Zambrano, ha preferido enderezar sus baterías epistolares contra este tecleador que definir la postura de su corriente respecto del fotografiado colaboracionismo de un socio estratégico de Los Chuchos con Felipe Calderón. De 284 palabras usadas el sábado anterior en El Correo Ilustrado de La Jornada para calificar al firmante de estas líneas de mentiroso, difamador, calumniador, ''ideólogo y portavoz'' de corrientes adversas al chuchismo y buscador de exorcismos ideológicos ''de su pasado militante'', Zambrano apenas alcanzó a delinear una desmayada alusión al asunto del senador y los diputados que fueron a Los Pinos a gestionar dinero público para clientelismo votador.

"¡Por supuesto que no avalamos lo que el miércoles 25 protagonizaron algunos perredistas en la residencia oficial de Los Pinos!'', expresó con energía necesitada de signos de admiración el gladiador sonorense. ¡Vaya! (esta columna también hace uso de signos de admiración, aunque tampoco sirvan de nada, ni siquiera para aparentar gran determinación): El chuchismo no avala, pero tampoco critica, ni se deslinda ni toma decisiones políticas de rechazo respecto de la exploración colaboracionista de sus distinguidos socios (la cautela de la vieja Nueva Izquierda oportunista ni siquiera le permite caracterizar lo sucedido en Los Pinos, pues el valiente Zambrano apenas se atreve a decir que no avala ''lo que'' sucedió; ''lo que'', así, neutro, diluido, impreciso). ¿Por qué la enjundia de los Chuyes no se atreve a tocar con el pétalo de una crítica formal a los legisladores federales y directivos de la Alianza Democrática Nacional que estuvieron en reunión de trabajo con Felipe Calderón y Francisco Ramírez Acuña el pasado miércoles?

Sencillo: porque el presunto triunfo arrollador de Los Chuchos en la elección perredista de delegados a su próximo congreso nacional se fundó mayoritariamente en el aporte de votos de esa corriente. Del total de los sufragios que a escala nacional consiguió la planilla 1, de la llamada Nueva Izquierda, 65.7 por ciento provino del estado de México, donde el mencionado chuchismo hizo próspero pacto con la Alianza Democrática Nacional que dirige el senador Héctor Bautista, el colaboracionista fotográfico del calderonismo. Dicho de otra manera: de los más de 316 mil votos que a escala nacional tenía Nueva Izquierda en los resultados preliminares, que no incluían Chiapas, 207 mil los consiguió en el estado de México, gracias a su alianza con el grupo de la famosa fotografía en Los Pinos. Así como Felipe Calderón no puede criticar a Vicente Fox, porque éste podría revelar secretos de defraudación electoral, Los Chuchos no pueden criticar al senador Bautista y demás fotografiados en la casa presidencial de Los Pinos.

¿Fraude interno? Los paquetes electorales sólo debían contener 750 boletas para poder sufragar, y en el estado de México hay múltiples casos en que los votantes fueron muchos más. Un ejemplo extremo se dio en Temascalcingo, donde hubo mil 118 votos, de los cuales mil 77 fueron para la ChuchiS.A. (es decir, Los Chuchos y Sus Aliados). Fue tanto el fervor desbordado de votantes en favor de esa franquicia perredista en el estado de México, que en 40 lugares la totalidad de votos fue para ella: casillas zapato. Además, en casi 250 mesas la planilla 1, de Los Chuchos y sus amigos (militantes que saben trabajar en la Peña y son Nietos de sus jóvenes abuelos), tuvo más de 95 por ciento del total de los votos emitidos. Por desgracia, nadie tomó fotografías de la verbena popular votante. En el Distrito Federal, en cambio, conforme a las cifras preliminares, el total de votos no fue disparatado: hubo más de 122 mil, de los cuales Nueva Izquierda tuvo más de 46 mil (de ellos, 64.6 por ciento provino de dos delegaciones: Iztapalapa y Venustiano Carranza), y la planilla tres, que aglutina a quienes apoyan a Alejandro Encinas Rodríguez, más de 62 mil sufragios.

Como puede verse, resulta más fácil para el coordinador de Nueva Izquierda buscar el pleito personal con un tecleador que explicar el milagro de multiplicación electoral de los PANes y los PRImos en el estado de México, Jalisco, Guanajuato, Campeche e Hidalgo. Más allá de ''no avalar'' (je, je) ''lo que'' sucedió en Los Pinos el pasado miércoles, ¿la Nueva Izquierda critica el colaboracionismo fotográfico de sus aliados ideológicos y electorales? ¿O prefiere también colaborar con el felipismo, por omisión, que en política es una forma de acción? Y, a la vista de las irregularidades habidas en la elección interna de delegados al próximo congreso nacional, ¿el chuchismo enarbola la bandera de la limpieza y la transparencia electorales y, en un acto de mínima congruencia, estaría dispuesto a exigir recuento electoral, voto por voto, casilla por casilla, o la anulación de los procesos donde se hubieran viciado?

Por lo demás, gracias al coordinador Zambrano por su intento de buen humor al dar ''la bienvenida'' a este redactor ''a la lucha interna del Partido de la Revolución Democrática como dirigente de la corriente astillera". Gracias, Chuchos, pero para corrientes parece que ya hay bastantes en la cúpula de ese partido.

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Contra(comunicado):

Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.

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