Contra el maquiavelismo
De la política y la ética. Una conversación imaginaria
Arnaldo Córdova me mira fijamente e insiste: la política vista desde afuera es una cloaca pestilente. Los políticos son los primeros que lo creen y lo saben, y les tiene perfectamente sin cuidado...
Le contesto: me imagino que te refieres a la política mexicana. Es nauseabunda, no sólo desde fuera, sino por dentro. La política no es igual en todas partes. En los países democráticos se cometen abusos, deslealtades, traiciones, pero la opinión pública los castiga severamente y los políticos corruptos pierden su prestigio. En esencia el avance de la democracia consiste en aumentar los niveles de exigencia ética sobre los gobernantes y los políticos. De ahí los mecanismos de rendición de cuentas, y reducción drástica de la impunidad. No juzguemos a toda la política por la atmósfera decadente de México.
AC: También es cierto, la política es la actividad especializada que permite luchar por el poder del Estado (o de cualquier organización), alcanzarlo, ejercerlo, conservarlo (tiene sus propios valores que son eficaces).
JAOP: Sí, en toda organización humana se hace política. Incluso en la pareja, en la familia, se lucha por el poder... y en todas partes hay traiciones, deslealtades, engaños, tortuosidades. Acepto: la política profesional tiene una carga radiactiva que le da el poder... Pocos políticos terminan con las manos enteramente limpias... Si dices que la política es una cloaca nauseabunda, podrías extender este concepto a la humanidad completa.
AC: Por razones de elemental supervivencia, los políticos deben estar bien dotados, armados para enfrentar toda clase de traiciones, golpes bajos de sus contrincantes y hasta de sus contlapaches.
JAOP: Tienes razón. Los políticos que no sean suficientemente duros, astutos y eficaces no pueden funcionar. El político débil es un pobre político. Por más recto que fuera, si no tuviera ese entrenamiento estaría destinado a perder... Pero puede haber un político que sea duro y astuto y también recto... en mi experiencia personal, trabajando con Andrés Manuel López Obrador me di cuenta que se pueden combinar las dos características.
AC: Estoy convencido de que la ética no va con la política, es otra esfera de la vida de los hombres en sociedad. Si metemos a la ética con la política, vamos a acabar corrompiéndola y adulterándola... Con todo respeto, no creo que el que viola los principios éticos la paga... Salinas, Zedillo, Fox, la Gordillo no han pagado por no respetar los principios.
JAOP: ¿La corrupción produce efectos en la personalidad? Yo he conocido más o menos cerca algunos políticos corruptos y he visto que sus vidas personales también se desorganizan... Pero dejemos lo íntimo... Los políticos corruptos pierden su crédito, están enormemente desprestigiados... Cualquier político inteligente desconfiaría de ellos.
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