La ciudadanización por venir: un tejido de microsistemas

Los ciudadanos no estamos representados por los partidos políticos y sus castas cupulares. La imperfecta democracia mexicana necesita partidos políticos, sí, pero no los actuales. Lo que se necesita son estructuras partidarias dónde los planes, las estrategias y las formas de gobierno sean resultado del consenso de las fuerzas político, económico y sociales que constituyen un estado, o un municipio.

¿Cómo? a través de asambleas -reales y virtuales-, referendums, plebiscitos y verdaderas elecciones. Para que eso se cumpla se necesita una prensa crítica y libre que nos garantize el derecho a la información.En otras palabras, una televisión crítica que entretenga y eduque. Con el fraude electoral, se hizo más visible la decadencia de la spotpolitik -y nos quiere llevar a todos-. Por eso, los ciudadanos debemos exigir a los políticos "ideas" y no jingles, conceptos y no botargas, planes de gobierno y no estrategias de enriquecimiento ilícito.

Las decisiones de los políticos inciden en la vida y acciones de los ciudadanos, pero no a la inversa (hasta ahora). Si el titular del ejecutivo federal toma decisiones pusilánimes -o paga facturas políticas- y sube la tortilla, quien pierde es el pueblo, y lo paradójico es que en la imperfección democrática en que vivimos, la gente no puede destituir al ineficaz gobernante -por vías legales y pacíficas: constitucionales-

Y entonces ¿qué se necesita? Estructuras ciudadanas organizadas -horizontales y verticales-, un tejido de microsistemas --de la familia a los medios masivos de comunicación-- que analizen las acciones del gobierno y exijan un ejercicio ético del poder, y para satisfacer las necesidades de la gente: seguridad, infraestructura pública, desarrollo social, promoción de la cultura, salarios justos, y una educación laica y de calidad.