Con la caída del llamado bloque socialista a finales del Siglo XX, el capitalismo proclamó el fin de la historia, e impuso un Nuevo Orden Mundial que aceleró la llamada globalización. Un mundo guiado por bloques territoriales que diluyen naciones y fronteras económicas. Ante un escenario mundial, las compañías y las familias más poderosas del mundo ampliaron la base de consumidores para sus productos o servicios. Y negocio redondo: su aparato ideológico, o la industria del entretenimiento cubre desde hace décadas el globo. Y en esa historia, lo último que se requiere para participar son ideales colectivistas, utópicos o 'patrióticos' que remitan a las narraciones nacionales como mecanismos de resistencia al poder global unificador. La era homogénea de las marcas.
¿Y cómo entender la patria en ese mundo globalizado? La dominación se practica en el lenguaje, de entrada, la patria sin matria es lo no completo. Como referirse a la madre/padre como los 'papás'. La sociedad moderna tiene la mitad de su existencia no nombrada. No existe patria sin matria, y viceversa. Pero lo patriótico lo entendemos como el sentido de pertenencia a un territorio y lo sucedido en él durante los ciclos del tiempo. La identidad de una cultura y una historia que se hace cuerpo. Se hace ciudadanía. Se hace política. Se hace símbolo. Escudo. Defensa. Aquello que remite a las grandes acciones civilizadoras de un pueblo (sin maíz no hay país) y las ideas que se plasman en una Constitución (tierra y libertad), como literalidad de una serie de evoluciones, revoluciones o círculos concéntrico-sociales. La idea de patria sin matria está incompleta y cuando se atenta contra la patria, aunque no esté nombrada, se atenta contra l@s dos.
El neoliberalismo aplicó su máquina ideológica a los mexicanos al asignar a un extranjero, el colombiano y general Óscar Naranjo para diseñar el proyecto de contra-insurgencia que aceleró la coerción contra los disidentes, que elevó los desaparecidos, los desplazados, y los falsos positivos, que utiliza los asesinatos selectivos y generalizados de mexican@s. ¿Por qué? Aquí no habita su patria/matria, no es su 'jefesita' ésta tierra y pudo diseñar un plan para golpearla sin ningún rencor o remordimiento. El mismo caso de los movimientos separatistas o intervencionistas. Sus papás/mamás ideológicos están del "otro lado", de la frontera, del charco, o en la embajada de los Estados Unidos. Para los clanes des-ideologizados, es normal ser replicantes del imperio. Para los patriotas no.
Al ver la película histórica de los últimos treinta años, vemos que desde el discurso mediático hegemónico, no sólo se excluyó al patriotismo mexicano (todavía sin matria) y al pensamiento contraimperialista que tanto molesta al conservadurismo. Lo patriótico fue ridiculizado, o calificado de 'viejo', pasado de moda o no necesario para el tren del capitalista neoliberal. Y sin defensa articulada en la opinión pública, se impusieron una serie de medidas antipatrióticas, y las resistencias expresadas desacreditadas en los medios con el pretexto del progreso existente en el paraíso de las sinideologías. De ahí que la wallmartización de México no haya sido advertida por millones como la estampa de la más inteligente y la última de las invasiones imperiales a nuestro suelo.
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