La derrota simbólica de México

Sergio Humberto Brown Figueredo

Si Zapata viviera, (quizá) en la lucha no estuviera. El largo ciclo neoliberal en México modificó la cultura visible e invisible, y en la guerra de las imágenes el pueblo sufrió su peor derrota, todo el territorio Telcel es colonia simbólica imperialista. Y parece inadvertido para los discursos políticos de izquierdas o de resistencias que ante las cámaras de foto y video, quedan registrados por la historia, enfundad@s en camisetas o chamarras marcadas por Tommy, Hollister y American Eagle; como ver a Zapata empuñando un estandarte de minera extranjera. La camiseta hoy, como ayer el estandarte, es el mensaje. Y la esclavitud es la victoria simbólica de las grandes marcas, originales o pirateadas, alimento y fuerza de la globalización negativa.

En el capitalismo, las marcas que se portan o utilizan son la distinción económica entre las personas. El símbolo tal impreso sobre tal ropa cuesta tanto dinero. Y en la piratería diez veces menos. La marca asigna en la imagen, la posición capital del individuo. No es lo mismo un auto Pinto que un Jaguar. El valor de la mercancía se produce al mezclar lo económico con lo simbólico, y su ubicación consciente o no, en las elípticas de la globalización positiva o negativa. El símbolo, no requiere explicación. El símbolo es una llave que abre puertas antes cerradas. No puede haber ingenuidad en ello. Nos están metiendo una goliza.

Regresando a la invasión simbólica, el piso superior de las órdenes del sistema. En términos de energía de comunicación, ¿qué transmite un luchador social mexicano, que denuncia al neoliberalismo con un símbolo del imperio global negativo, grabado sobre su pecho? Una fuerza elimina a la otra. La potencia de discursos contracapitalistas, bien argumentados, se desvanece en el aire (en lo invisible) al ser dichos envueltos en la bandera simbólica de la potencia imperial denunciada. El problema más profundo en la guerra de las imágenes, y motivo de nuestra derrota, es que millones de mexican@s están cómod@s en el consumo cultural que tienen (la globalización proimperialista), y otr@s no se dieron cuenta que sus uniformes son cadenas de símbolos "infiltrados". Es la hora de discutir cómo recuperaremos a nuestra milenaria cultura de tan fatal y liviana derrota.