Foto: Jorge Dueñes.
"La imagen lo cuenta. Un militar de tres estrellas aprieta con su mano la muñeca de la reportera de ZETA, Inés García Ramos, mientras ella sostiene su grabadora. Testigo de los hechos, marinos, elementos del Estado Mayor y la procuradora general de la República, Arely Gómez.
Inés caminó al final de la quema de droga donde la procuradora fue invitada de honor, hasta acercarse a la funcionaria para hacerle algunas preguntas. García en su calidad de periodista, Gómez en su cargo de servidora pública. Pero apenas articulaba la pregunta sobre el caso Ayotzinapa, cuando el militar sujetó fuertemente a la reportera y le dijo en voz alta: “No, nada. ¡No la toques!”. La procuradora fue testigo mudo del apretón castrense para impedir la labor de la periodista. La miró, volteó a los lados y sonrió. A pesar de la petición de la reportera de ZETA para que el militar dejara de apretujarla, la soltara y le permitiera cumplir con su trabajo, este no lo hizo hasta que Arely Gómez se había subido a la Suburban blindada en la que la transportaron durante las horas que estuvo en Tijuana."
En ZETA.
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