La última rasga-dura violenta del neoliberalismo

Desafortunadamente, la guerra del Estado Supranacional Postmexicano contra el pueblo —tiene ya peores saldos que cualquier dictadura militar en el continente— después de los casos de Tlatlaya, Iguala, Apatzingan y ahora la recién decapitación de Gustavo Salgado Delgado, pasó a otra etapa: ahora es descubierta (militar), encubierta (paramilitar), mediática (Televisa) y directa contra lo que les molesta a los oligarcas: las libertades constitucionales, los derechos humanos, los derechos de autodeterminación de los pueblos originarios y el derecho a ser 'mexicanos' no integrados a la basura ideológica de NAFTAmérica. Es lo más cerca a Santa Anna que hemos estado. Y no me refiero a los cálidos vientos de la región californiana, sí, al entreguista tirano con pata de palo, que hace dos siglos vendió la 'otra' parte del territorio.