miércoles, diciembre 03, 2014

1DMX: Ya me revolucioné. Ya nos revolucionamos

Texto e imágenes por Sergio Humberto Brown Figueredo

Estoy parado en la Avenida Revolución en Tijuana junto a miles de mexicanos, preparando la cámara y posición para la toma de la noche: la quema de la piñata de Enrique Peña Nieto. Una acción política de protesta años atrás inimaginable: —Ya despertamos— dije. Aquí es la (r)evolución. El clamor de justicia es mundial. La revolución somos todos nosotros. La revolución es la libertad social de agregarnos masivamente a un discurso justiciero: los 43 de Ayotzinapa. La peor tragedia en décadas en América Latina. La que recuerda qué tan cerca estamos de la operación cóndor y qué más cerca de Los Estados Unidos.

















—Ya se armó— pensé en La Avenida Revolución. Ya mutó la cultura local y global. Hubo movimiento político y social. Cultural. En nuestra historia apareció otro círculo concéntrico: —No esperen la revolución, ya sucedió— me dije al terminar la marcha. —Y seguirá sucediendo—. Los miles de manifestantes hicimos un ritual moderno, premoderno y lo que resulta de esos átomos danzando con tambores y caracoles en la calle enunciando el símbolo: Revolución.

—¿Qué está pasando aquí—. Un viaje en el tiempo, un slam de fuego entre los hermanos Flores Magón, Wikileaks, Zapata, Snowden y miles de guerrer@s. Es revolución distinta, en-redada, transclasista, multicolor, comunal y crítica, tecnológica y ritual. Eso, ritual que nace de una era muy lejana y ante miles una danza de emplumad@s seres le dio la despedida a Enrique Peña Nieto. Desde aquí, en los límites que nos dejaron (de México).

Lo pensé mientras sonaba el himno nacional y grababa la transmutación de la piñata de EPN al fuego: "Se revolucionó la cultura. Yo soy una pluma de ella: ya me (r)evolucioné. Ya nos (r)evolucionamos. Somos ya, la milenaria serpiente (social) con plumas".


















El 1 de Diciembre se acabó la sociedad mexicana de la chiquitolina mental. Dejamos atrás una parte del imaginario construído en el siglo XX sobre la "revolución". Pensábamos que iba a llegar de algún lado, de otro tiempo y ni cuenta nos dimos que estábamos construyendo otro imaginario de ello. Ya no somos un chingo, ahora somos millones. No estamos solos.

La revolución es de pensamiento.

El caso de los 43 de Ayotzinapa y después "La Casa Blanca" le devolvió a la mayoría de los mexicanos la 'memoria' o los files de lo que habían olvidado, la forma de SER del PRI: política pública de compadres; fraude, espionaje y represión. 

Las protestas en múltiples ciudades del país y del mundo por los 43 y la renuncia de EPN, son ya, una poderosa revolución de pensamiento, y ojo, de acción política global. Se viralizó la crisis del gobierno mexicano y la exigencia de justicia para los desaparecidos, sus padres y familias. Eso sucede cuando operan en conjunto millones de células espejo emitiendo rayos y acción(es): Yo por los 43. Tú por los 43. Nosotros por los 43. Ellos. Él. Ella. Nosotr@s de nosotr@s por los 43. 

La multiplicación de las serpientes en el lenguaje de la acción.

En términos de comunicación, lo poderoso y multiplicable de una marcha y manifestación es lo que se vive, dice y experimenta en ese time-line progresivo de la acción, y lo que se cuenta a los otros de lo sucedido. Las crónicas. Las interpretaciones. Las emociones y reflexiones. La película. De regreso a casa se sueltan las imágenes vividas a los compas, a la familia y a las redes. Al día siguiente a los compitas de trabajo o de escuela. Es decir, al inconsciente colectivo: código invisible de la palabra (acción).

















Ahora sigue organizar el descontento en el plano de la organiza-acción social. Seguir con las manifestaciones colectivas y las acciones individuales cíclicas por los 43. Escribir algo y decir: para que aparezcan. Barrer y pensar: que se haga justicia. Pintar el espejo con un lipstik: 43. Hacer ejercicio y la cuenta sea esos segundos. Decirnos enojad@s al bañarnos, ¿un Estado de Derecho? Y gritar con el pensamiento: ¡Justicia! 4 + 3 = 7 días a las semana. 24 acciones al día. Que no se olvide. Que la práctica lo haga músculo mental. Canto espiritual.

Ya me (r)evolucioné entonces si pienso en: Participación social. Organización cultural. Comunicación colectiva. Acción política. Redes. Arte público. Educación de calidad gratuita. Salario máximo. Medios alternativos. Debates políticos. Derechos para los sin derechos. Voz para los sin voz. Clases públicas para otros públicos. Videos o pláticas informativas y metodológicas de todo tipo: informar a los no informados.

Foros entre compas sobre teoría política. Sobre música, literatura, física, química, historia, matemáticas, filosofía, astrología..., súmale.

Una revolución de acciones. De intercambios y trueques simbólicos en el uno indivisible y en el todo organizable.

Es decir, vivimos ya una (r)evolución de in-FORMACIÓN activa y en-redada. No es hora de flaquear. Por lo pronto, el sábado seis de Diciembre, a las tres de la tarde nos vemos todos en el Cuauhtémoc de Tijuana. Por que se haga justicia a los 43 y sus familias y la renuncia de Peña Nieto. La revolución ya tiene tiempo: es ahora.

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Contra(comunicado):

Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.

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